India atiende las secuelas del peor incendio que ha registrado el país asiático en la última década. Una explosión de material pirotécnico, al parecer generado por una chispa, dejó más de un centenar de muertos y provocó heridas graves a 350 personas que se encontraban en el templo de Puttingal, en la localidad de Paravoor, al extremo sur de esa nación.
El hecho ocurrió en la madrugada del domingo, cuando el templo organizaba una competencia anual de fuegos artificiales en la que varios grupos ofrecen espectáculos de luces en honor de la diosa Bhadrakali, una encarnación de la diosa hindú Kali, que para esa religión representa el aspecto destructor de la divinidad.
Miles de personas se encontraban en el recinto cuando se produjo una gran explosión. Luego, según explicó el ministro jefe Oommen Chandy, máximo cargo electo del estado de Kerala, donde ocurrió el siniestro, las llamas se expandieron con rapidez por el templo y dejaron sin salida a los cientos de fieles. Entretanto, la mayoría de las 102 víctimas mortales fallecieron al derrumbarse el edificio donde se almacenaban los fuegos artificiales,
Los canales de televisión de ese país mostraron imágenes de densas nubes de humo blanco que se alzaban desde el templo, los fuegos artificiales se elevaban en el cielo nocturno, mientras varias explosiones ocurrían en el edificio donde se almacenaban los fuegos artificiales que lanzaron trozos de concreto a distancias de hasta un kilómetro.