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El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se presentó hace tres años en la Asamblea General de la ONU con un singular dibujo de una bomba nuclear que Irán supuestamente estaba a punto de alcanzar. Hoy, según analistas, es el gran perdedor de Viena, donde el G5+1 cerró un pacto nuclear con la República Islámica, un histórico enemigo de su nación.
Durante más de tres años, el mandatario israelí ha repetido, siempre que ha podido, sus advertencias sobre el peligro de permitir a Irán desarrollar un programa nuclear, y fue el dirigente más opuesto a casi cualquier pacto atómico con Teherán.
Finalmente y pese a su férrea oposición, el acuerdo se cerró ayer en la capital austríaca tras cerca de dos años de negociación en las que la Unión Europea jugó un importante papel para lograr consensos junto a su aliado estadounidense.
“La situación se torna difícil para un aliado histórico de E.U. como Israel, que es el que sale más mal librado de esta coyuntura. Su mandatario ha dicho con anterioridad y en reiteradas ocasiones que este pacto puede traer consecuencias”, argumentó desde Estambul Hasan Turk, internacionalista, docente y experto en asuntos del Medio Oriente.
“Netanyahu no ha podido evitar que Occidente e Irán llegaran a un acuerdo. Aunque todavía persistirá con su influencia en los republicanos del congreso estadounidense. Por eso falta ahora ver qué pasará en Washington”, agregó.
En cualquier caso, para Turk, estos hechos evidencian “la distancia entre el mandatario de E.U. y el israelí. No es una novedad que desde hace años Obama y Netanyahu no tienen una buena relación y mutuamente se critican por distintos asuntos. Eso demuestra que Israel ha perdido su influencia en la Casa Blanca, y tal vez hace 15 años esto no hubiera pasado”, recalcó.
En eso coincidió ayer el diario Yediot Aharonot, al intuir que “Israel parece haber aceptado de mala gana la inevitabilidad del pacto nuclear iraní y ahora centra sus esfuerzos en frenar la aprobación del acuerdo en el Congreso de E.U”, asunto que define, citando fuentes oficiales como “la última línea de defensa contra un mal pacto”.
Netanyahu precisamente consideró, una vez conocida la noticia, que el acuerdo es un “gran error de proporciones históricas”.
Salsero a ultranza. Volante de salida. San Lázaro me protege antes del cierre. Máster en Periodismo - El Mundo (España). Redactor Internacional - El Colombiano.