Tras meses de acusaciones, los entes de seguridad de Washington pasaron ayer a las acciones, dando 72 horas para salir de Estados Unidos a 35 diplomáticos rusos, e imponiendo nuevas sanciones contra Moscú. Concretamente, contra sus dos principales instituciones de inteligencia (FSB y SVR) y cuatro altos mandos militares, acusados de ordenar los ataques cibernéticos contra el Partido Demócrata.
El Pentágono responde así a las acciones que considera estuvieron enfocadas en “influenciar las elecciones presidenciales”, y claramente “para favorecer la campaña de Donald Trump”, como denunciaron en semanas anteriores el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, y el director de la CIA, John Brennan.
Medios estadounidenses como The New York Times califican ya estas medidas como “la más fuerte respuesta estadounidense en la historia ante un acto de espionaje promovido desde el exterior”.
El Departamento de Estado fue el encargado de explicar, mediante un comunicado, más detalles de la decisión:
“El Departamento declaró persona non grata a 35 funcionarios rusos operando en Estados Unidos, quienes estaban actuando de una forma que no es coherente con su estatus diplomático o consular. Rusia fue informada sobre la prohibición al personal ruso de acceder en Estados Unidos a dos complejos recreacionales propiedad del gobierno ruso”.
“El Departamento tomó estas acciones como parte de una respuesta integral ante la interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales estadounidenses, y ante un esquema de hostigamiento contra nuestros diplomáticos en el mundo, que ha incrementado durante los últimos cuatro años, especialmente en los últimos 12 meses”, agregó.
“Este hostigamiento incluye detenciones policiales arbitrarias, ataques físicos, y la transmisión en televisión estatal de datos personales de nuestros funcionarios, que los ha puesto en riesgo. Más aún, el gobierno ruso ha impedido nuestras operaciones diplomáticas forzando el cierre de 28 establecimientos estadounidenses que alojaban eventos culturales y de enseñanza de inglés; bloqueando nuestros esfuerzos para construir una nueva y más segura sede de nuestro Consulado General en San Petersburgo, y denegando nuestros pedidos para mejorar el perímetro de seguridad de la actual sede. Las acciones de hoy envían un claro mensaje respecto a que tal comportamiento es inaceptable y tendrá consecuencias”, concluyó.