Un misil balístico intercontinental, aquel cuya potencia es tal, que sale a la estratosfera y vuelve a la tierra a una velocidad de 3 kilómetros por segundo (25 veces más rápido que un Bugatti Veyron, entre los autos más potentes del mundo), habría sido lanzado ayer por Norcorea (ver gráfico).
La noticia la confirmó el mismo régimen de Kim Jong-un, lo que representaría un peligroso avance para lograr su meta de tocar territorio de Estados Unidos, que se siente amenazado por el despliegue de 28.000 soldados norteamericanos en Corea del Sur.
Washington también catalogó el lanzamiento como “intercontinental”. Según le dijeron fuentes del Comando Pacífico de las Fuerzas Armadas a la cadena Fox News, el misil voló 37 minutos, más tiempo que cualquier prueba de misiles norcoreanos llevada a cabo hasta la fecha, lo que significa que podría tener la capacidad de atacar a Alaska.
El concepto de Moscú y Seúl es otro. “Los parámetros de vuelo se corresponden con las características de un cohete balístico de alcance medio”, dijo el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado, mientras el presidente surcoreano, Moon Jae-In, dijo que sus expertos apenas analizan el resultado de un test.
Entretanto, para Diego Torres, doctor en Física Nuclear y docente del Departamento de Física de la Universidad Nacional, sea cual sea el alcance, el hecho demuestra que Corea del Norte sí ha estado mejorando sus tecnologías para producir misiles y bombas nucleares, aunque aún hay factores que le harán difícil esa tarea: “poner una cabeza atómica en un misil intercontinental requiere características que Pyongyang no tiene”.
Según Óscar Palma, director del Observatorio de Drogas y Armas de la Universidad del Rosario, vale la pena esperar a que los expertos analicen las pruebas del lanzamiento. Sin embargo, de haber sido intercontinental, advierte, se trataría de un eslabón más en la escalada de las tensiones.
“Desde hace rato sabíamos que Corea del Norte podía trabajar con capacidades para este tipo de misiles, pero que la usen es bastante preocupante. No solo vulneran la seguridad de Estados Unidos, sino que aumentan peligrosamente las tensiones con sus vecinos”, afirma Palma, y detalla que un misil con las características que tendría el lanzado por Pyongyang sí podría tener la capacidad de impactar en Alaska, aunque no en la costa oeste de EE. UU., lo que “dispararía hasta el cielo las diferencias entre gobiernos”.