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La estampida de aficionados que la noche del sábado 20 de mayo dejó doce muertos en el estadio Cuscatlán, en San Salvador, durante el partido Alianza y FAS, por los cuartos de final del torneo Clausura salvadoreño, ha provocado sensibles traumas entre los sobrevivientes y conmoción en El Salvador.
Hasta el momento, una de las principales explicaciones de la tragedia es la sobreventa de boletas. En los videos que se han difundido en redes sociales mostraron que las personas se agolparon frente a un portón que da ingreso al sector sur del estadio, con capacidad para 35.000 personas, que ya estaba saturado y cerró todas las puertas
Los aficionados, frustrados por no poder ingresar al cotejo, derribaron el portón y se produjo la avalancha humana. En ese punto se registró la mayoría de fallecidos y lesionados.
La avalancha ocurrió cuando apenas habían transcurrido unos 10 minutos del partido que fue suspendido y hasta los jugadores se sumaron a las tareas de auxilio.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, dijo que la Policía y la Fiscalía realizan una “investigación exhaustiva” para determinar quiénes son los responsables de esta tragedia.
“Todos serán investigados: equipos, directivos, estadio, boletería, liga, federación, etc. Sean quiénes sean los culpables, no quedarán en la impunidad”, dijo Bukele en su cuenta en Twitter.
Sin embargo, casi 24 horas después de la tragedia la Fiscalía no reportaba detenciones.
Además de los fallecidos, la tragedia dejó unas 500 atenciones in situ por crisis de ansiedad, rasguños, lesiones y diferentes tipo de traumatismos. Un total de 88 personas fueron hospitalizadas, la mayoría ya fueron dadas de alta, confirmó Protección Civil.
“Estoy traumado por ver la gente tirada, muerta, morada, pues todo su rostro pateado (pisoteado), eso quedó para la historia”, relata a la AFP Fredy Alexander Ruiz, de 28 años, sobreviviente de la avalancha humana.
Ruiz, que trabaja en una venta de repuestos, quería disfrutar con un par de amigos del encuentro pero se encontró con la avalancha humana.
“Tenía como cinco (personas) encima que me estaban ahogando, y entre más sentía más pesado y ya no aguantaba la respiración, ya me estaba ahogando. Gracias a Dios le pude agarrar un pie a un policía y junto a otro amigo me sacaron”, recordó.
Tras ser estabilizado con oxígeno y suero en el hospital Rosales, en San Salvador, Ruiz deberá ahora reponerse de las lesiones que tiene en el hombro derecho, costilla y columna.
Uno de los detonantes del incidente para el director de Protección Civil, Luis Alonso Amaya, fue que los encargados del evento “no tuvieron el control estricto” y además los aficionados mostraron una actitud “muy reprochable” que al final “ha desencadenado” la tragedia.
“Nada justifica la violencia, estamos claros que las personas tienen derecho a reclamar (...) por la compra que habían hecho, pero nada justifica la violencia y menos los hechos que ayer se suscitaron”, aseguró Amaya.
El pésame de la FIFA
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, no tardó en manifestar su pésame “a los familiares y amigos” de los fallecidos.
“Nosotros, junto con la FIFA y la comunidad mundial del fútbol, acompañamos en el sentimiento a todas las personas afectadas, así como a la gente de la República de El Salvador, la Concacaf, la Federación Salvadoreña de Fútbol y la Primera División de Fútbol de El Salvador en estos difíciles momentos”, añadió Infantino en su comunicado.
El presidente del comité de Regularización de la Federación Salvadoreña (Fesfut), Humberto Sáenz, anunció que el lunes tendrán una reunión virtual con delegados de la FIFA.