Una mujer de origen brasilero denunció que desde hace dos años lucha con las secuencias de un procedimiento estético que no llegó a buen término. En diciembre de 2020 inició el tormento de Marian Michelini luego que le inyectaran en su rostro un producto que le ayudaría a realizarse unos “pequeños cambios”.
Ella nunca llegó a imaginarse que en lugar de ácido hialurónico –una glucosa–, su cara había recibido un químico conocido como metacrilato de polimetilo (PMMA) –un plástico–, tal como lo determinó el dermatólogo que atendió su caso.
Según amplió New York Post, la brasileña de 34 años accedió a probar ese compuesto a cambio de hacerle publicidad al “profesional” que lo suministraba, en sus redes sociales.
“Mi vida se ha detenido, estoy psicológicamente rota. Solo quiero que me devuelvan la cara (...) Estoy sufriendo mucho, pero tengo fe en que se hará justicia, no quiero que otras personas pasen por esto”, dijo en conversación con Newsflash, mientras utiliza sus redes para retratar lo que ha sido su proceso, mientras también genera consciencia acerca de estas intervenciones.
Después de que le aplicaron el producto, empezó a notar una transformación en su rostro con una hinchazón que se iba incrementando. Lo siguiente fue una serie de efectos adversos para los que ha tenido, desde entonces, al menos tres cirugías en un intento por volver a ser la misma de antes.
Por su parte, el hombre acusado de esta mala práctica ha interpuesto, hasta el momento, dos demandas; en principio, una para evitar que su identidad se revelara y otra rechazando los señalamientos de Michelini que califica como “difamación”.
“Descubrí, a través de exámenes, que ¡me engañaron! y quien quiera que haya hecho esto hasta tiene la audacia de mirar mis historias... Lo estoy actualizando, ¡Aún no puedo decir quién es!. Comenzamos una etapa más de este arduo camino, más sesiones en cámara hiperbárica, de regeneración y cicatrización de tejidos”, han sido algunos de los mensajes con los que Michelini ha mostrado avances en su recuperación.
Entre tanto, varios de sus seguidores la han apoyado con mensajes positivos, en medio de su proceso de recuperación.
“Vi tu informe y vi el nombre de esa persona que te hizo esto. No puede seguir haciéndole esto a la gente. ¿Dónde están las autoridades que no toman acción?”; “Espero sinceramente que te mejores. También tuve problemas con el PMMA, fue hace más de 10 años, tuve que operarme para quitarlo”; “Tuve la oportunidad de verte por televisión y quedé muy impresionada con los resultados del procedimiento”, son algunos de ellos.
La Administración de Medicamentos y Alimentos estadounidense (FDA) advierte que, si bien hay pruebas de que generalmente quienes reciben rellenos dérmicos afirman estar satisfechos, muchos de los procedimientos no son para todo el mundo. Además, el organismo sanitario recomienda tener en cuenta el lugar y profesional al que se le confía cualquier parte del cuerpo.
“Los rellenos dérmicos pueden no ser apropiados para personas con ciertas afecciones, como trastornos hemorrágicos o algunas alergias. Si su proveedor de servicios de salud confirma que (...) son una opción para usted, tenga en cuenta que todos los productos médicos tienen beneficios y riesgos. La FDA aconseja que consulte con un proveedor (...) autorizado que tenga experiencia (...), manejo de las complicaciones y le informe sobre los riesgos y beneficios”, sugiere la entidad.