El Gobierno de Rusia guarda silencio frente a las imágenes difundidas por internet, en las que miembros de su Fuerza Pública torturan a los cuatro sospechosos de perpetrar el atentado que dejó 139 víctimas en Moscú el 22 de marzo.
Los cuestionamientos contra el Kremlin aumentaron el fin de semana, cuando los detenidos fueron presentados en un juzgado con visibles señales de golpizas en el rostro y otras partes del cuerpo.
Los presuntos terroristas, identificados como Dalerdzhon Mirzoyev, Saidakrami Rachabalizoda, Shamsidin Fariduni y Mukhammadsobir Faizov, oriundos de Tayikistán, enfrentan un juicio que podría terminar en cadena perpetua.
Durante la diligencia judicial del domingo, Faizov lucía demacrado en una silla de ruedas, vestido con una bata de hospital. Los paramédicos tuvieron que chequear varias veces que estuviera consciente.
Por la red social Telegram se han distribuido videos de las torturas a las que fueron sometidos, luego de su captura. A uno de ellos le cortaron parte de la oreja y lo obligaron a tragársela; a otro le conectaron por cables una batería a su zona genital, mientras era desnudado y humillado por soldados.
En una rueda de prensa, los periodistas le preguntaron sobre ese tema al portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov. “Dejaré esa pregunta sin respuesta”, declaró.
Un día después del atentado en el centro comercial de las afueras de Moscú, las autoridades dijeron haber detenido en total a 11 personas, entre ellas a estos cuatro presuntos atacantes, pero no se conoce nada de los demás.
Peskov tampoco dio más detalles sobre estos otros siete arrestados, y se amparó en el argumento de la investigación en curso. Solamente indicó que de momento Putin no ha previsto visitar el Crocus City Hall, el lugar del atentado.
De otro lado, Alexander Bortnikov, jefe del FSB, el servicio ruso de seguridad, acusó este martes a los servicios secretos ucranianos y occidentales de haber facilitado el atentado, que al final fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico.
“Pensamos que la acción fue preparada por islamistas radicales y que, por supuesto, fue facilitada por servicios especiales occidentales, y que los servicios especiales ucranianos están directamente implicados”, declaró Bortnikov, citado por la agencia de prensa Ria Novosti.
Aseguró que los sospechosos del atentado planeaban viajar a Ucrania y que “allí debían ser recibidos como héroes”.
Entretanto, el Gobierno de Ucrania ha negado cualquier implicación en este ataque y la Casa Blanca explicó que no tiene información sobre su presunta participación en esos hechos.
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