Si bien el histórico discurso del presidente estadounidense, Barack Obama, no deja claros todos los detalles de los acuerdos alcanzados con su similar cubano, Raúl Castro, para dar fin a medio siglo de embargo, la Casa Blanca fue diligente en sacar, inmediatamente después, un documento que explica a cabalidad cada uno de los puntos a implementar.
Estos contemplan avances que beneficiarán a la economía cubana y que romperían su estancamiento de décadas. Uno de ellos es, en primer lugar, el fomento del intercambio financiero con el país. Los giros en remesas representaron US$ 3.500 millones en 2013, cifra que aumentaría con el desembargo.
Otro efecto sería el reposicionamiento de la isla en el turismo mundial, que significó la pujanza cubana antes de la revolución, fortaleciendo así uno de sus sectores económicos más importantes. Las cifras más recientes de la Onei muestran que, en 2011, 2,7 millones de personas visitaron Cuba.
También se abre la puerta para que llegué mayor inversión, especialmente en telecomunicaciones, teniendo en cuenta que la isla tiene una penetración de Internet de solo 5 por ciento, una de las más bajas del mundo.
¿Finaliza con esto una pesadilla de 53 años para Cuba? El camino apenas inicia, si bien algunos de los puntos entrarán en vigencia ahora. Así lo cree Mark Weisbrot, codirector del Centro para la Investigación Económica y Política de Washington:
“El embargo ahora no podrá ser levantado completamente por Obama, pero definitivamente le está dando un golpe crucial para su fin. Hay que recordar que el Departamento del Tesoro es parte del Ejecutivo y es el que tiene que implementar las leyes de sanción a Cuba. Pero muchos aspectos del mismo no culminarán de la noche a la mañana”
ANÁLISIS
Robert Evan Ellis
Docente. Centro de Estudios Estratégicos. Ejército de E.U.
Este paso histórico es oportunidad para E.U.
Hay varias cosas que hay que dejar claras antes de dar inicio a este análisis. Lo anunciado ayer por Obama y Raúl Castro es, sin duda, un paso histórico. Debe, además, producir algunos resultados relativamente inmediatos. Servirá, por supuesto, para crear oportunidades importantes a E.U. de revivir su posición en el hemisferio a nivel multilateral y mejorar su relación con sus pares de América Latina.
No obstante, esencialmente, es solo un primer paso para lograr el final del embargo, y aquí nos damos cuenta de los retos que exigirá el camino tomado por E.U y Cuba con estos acuerdos. Para superar muchos de ellos se requerirá de distintos recursos y mucho acompañamiento diplomático. Cuando consideramos la pérdida de influencia que ha tenido E.U. en la región, uno de los puntos cruciales en este declive ha sido el asunto de Cuba. Y cuando consideramos el avance de la posición de actores extraregionales como China y Rusia en A.L, se debe reconocer que los cubanos han sido claves en el fortalecimiento de esos vínculos. Por lo tanto, este asunto concierne a toda la región.
Por otra parte, el asunto no está decidido a nivel interno, porque desde ya se puede afirmar que la decisión de Obama resulta controversial para varios sectores políticos en E.U, y resta la negociación que tendrá el Ejecutivo con el Congreso para que el levantamiento del embargo sea total. El éxito de este diálogo dependerá de cuánto demore y si será retrasado hasta que tome lugar el nuevo Legislativo electo, lo cual sería bastante nocivo para el proceso. Uno podría interpretar esto, asimismo, como una movida política de Obama, pensando en su imagen y en favorecer a los demócratas en las próximas elecciones presidenciales.
Yo creo, en esta misma línea, que más allá de cualquier dificultad que tenga la eventual aprobación definitiva del fin del embargo en el Congreso, esta será una realidad y los republicanos tendrán que dar luz verde a estos cambios, dada la creciente importancia del voto latino para la Presidencia y la necesidad de E.U. de un reposicionamiento a nivel regional.