Otra vez hay vientos de tensión entre la Casa Blanca y Venezuela. En esta ocasión, el régimen de Nicolás Maduro denunció que un buque de la armada estadounidense se acercó ayer jueves a sus costas.
Según la acusación, la embarcación habría entrado en sus aguas jurisdiccionales, una acción que el Ejecutivo de Miraflores calificó como un “inexcusable acto de provocación”. Venezuela afirmó que el navío se encontraba a 16,1 millas náuticas de su costa. No obstante, el derecho internacional señala que la jurisdicción de aguas territoriales de una nación se extiende hasta las 12 millas náuticas.
En otras palabras, aunque el régimen asegure que hubo una incursión, esta no se habría efectuado porque, siendo precisos, faltaban 4,1 millas náuticas para que se diera. A pesar de esto, el canciller Jorge Arreaza sentenció que se trató de una acción “violatoria del Derecho Marítimo Internacional”.
No es la primera vez que sucede un incidente de este tipo. A comienzos de mayo el régimen interceptó a un grupo de mercenarios en las playas de Macuto. Entre estas personas había ciudadanos estadounidenses. Además, el Comando Sur del Ejército norteamericano realiza operativos antidrogas en el Pacífico.
Justamente, los uniformados estadounidenses están en el Caribe para combatir el narcotráfico, una misión que toma relevancia si se tiene en cuenta que acusan a los altos mandos de Venezuela de pertenecer a un cartel de la droga, el de “Los Soles”.