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Con la limosna no alcanza: párroco saca la alcancía para arreglar los daños de la iglesia de la Veracruz

Pese a ser una obra patrimonial desde 1982, no recibe recursos de la Alcaldía de Medellín. Su párroco da batalla para mantenerla en pie.

  • La restauración de la fachada de esta icónica iglesia tiene un costo de $51 millones y se hace debido al deterioro que presentaba. También se están adecuando los laterales. FOTOS MANUEL SALDARRIAGA
    La restauración de la fachada de esta icónica iglesia tiene un costo de $51 millones y se hace debido al deterioro que presentaba. También se están adecuando los laterales. FOTOS MANUEL SALDARRIAGA
  • Con la limosna no alcanza: párroco saca la alcancía para arreglar los daños de la iglesia de la Veracruz
22 de junio de 2023
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En la iglesia de la Veracruz se reza para pedir no solo por las necesidades de sus feligreses, sino también para que el templo no se caiga a pedazos. Las oraciones son escuchadas a cuentagotas porque su párroco, con muchísimo esfuerzo, consigue los recursos básicos para restaurar esta obra, que si bien es patrimonial por tener 220 años de construida, ninguna autoridad entrega recursos para su mantenimiento.

Sortear las goteras, los daños en las redes de energía, el implacable paso del tiempo y una que otra afectación ocasionada por quienes toman sus rincones como orinal es el desafío del padre Rafael Gómez, párroco del segundo templo construido en Medellín después de la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria, en el Parque Berrío.

Desde que el religioso llegó hace cuatro años tuvo que arreglar un templo que todavía tiene muchos problemas, como son sus puertas que abren y cierran con dificultad, los cielorrasos deteriorados por las mismas goteras y algunas paredes resquebrajadas.

“Nosotros tenemos una dificultad y es que no tenemos un local u otros espacios adicionales de dónde obtener recursos, distinto a otras iglesias. Nosotros subsistimos de los dineros que dan los feligreses y lo que cobramos por los trámites y las misas”, relató el padre Gómez.

Lo que se logró arreglar

Por estos días se ven algunos trabajadores de una empresa contratista de la Arquidiócesis de Medellín colgados en la parte alta del templo, con brochas y rodillos, pintando de blanco toda la fachada.

Son personas expertas en el arreglo de estos espacios patrimoniales, como la iglesia Nuestra Señora del Rosario de Hatoviejo, en Bello, por lo que no se corre el riesgo de que haya algún daño que afecte esta legendaria estructura.

Para estas labores se destinaron $51 millones, para los cuales el párroco tuvo que solicitar un crédito, el cual va pagando en la medida que entren aquellas donaciones en la que los asistentes a las siete misas en semana o las cuatro de los domingos dejen con fe.

Detrás de este arreglo, después de un aguacero que cayó en septiembre del año pasado, fue necesario hacer cambio de canaletas y arreglar el techo porque “el agua, cuando llovía muy duro, se metía como una cascada por toda la casa cural y ya tenía en riesgo el templo”, dijo el religioso.

Otro de los daños por los que tuvieron que sacar la cabeza están relacionados con la red eléctrica, que debió ser reemplazada en su totalidad porque de lo contrario se corría el riesgo de que se presentara un incendio, debido a que todas las conexiones estaban llenas de empates.

“Eso era un empatico y otro empatico y un día no nos prendieron algunas luces del templo. Cuando vino un electricista a arreglar, nos dijo que era urgente cambiar todo porque el riesgo era inminente. Tocó sacar más plata”, expresó el padre, indicando que esta reparación se llevó otros $98 millones que se obtuvieron por cuenta de la caridad de los fieles de esta iglesia.

Nada por patrimonio

La declaratoria como patrimonio cultural de la Nación, que data del 12 de mayo de 1982, es poco para lo que le ha servido al templo para obtener los recursos para su mantenimiento o para que la Alcaldía de Medellín o la Gobernación de Antioquia otorguen recursos para ello.

“Fuera de la restauración que hizo la Fundación Ferrocarril de Antioquia en 2005 y un apoyo para instalar las rejas que cercaron la calle aledaña al templo en 2011, no tenemos nada que agradecerle a ninguna alcaldía, ya que ninguna hizo alguna cosa que se haya hecho por el templo. Todo ha sido con esfuerzo y recursos propios”, dijo.

Esto no significa que no hayan tocado puertas en la Alcaldía y la Gobernación para que les otorgaran algunos recursos para cuidar esta obra patrimonial, pero tanto desde el Instituto de Cultura de Antioquia como de la Secretaría de Cultura de Medellín les dijeron que no.

Los primeros argumentaron que no tenían injerencia en Medellín y que por lo tanto no podían intervenirla. Los segundos, según el párroco, porque les dijeron que no tenían dinero para darles.

Pero mientras el párroco saca dinero para los arreglos, todavía quedan pendientes otros temas que, según su prioridad, se irán atendiendo en la medida que haya plata.

Por ejemplo, las puertas del templo están a punto de no poderse abrir. “La verdad es que ya es muy duro para abrir las puertas porque están en muy mal estado”, dijo una de las personas que colabora con el templo.

Además queda pendiente el arreglo del legendario órgano, que lleva más de seis años sin sonar y que para su restauración se necesitan $80 millones que, por ahora, no hay.

Aunque el paso del tiempo le ha dado duro al legendario templo, el padre Gómez lucha como un quijote para no dejarlo caer y, de paso, llevarlo a sus mejores tiempos.

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