Colaboración especial Carolina Londoño Peláez.
 Medellín cumple 350 años y, como tantas veces en su historia, vuelve a mirarse al espejo para decidir quién quiere ser. Somos una ciudad que aprendió a levantarse, a trabajar en equipo y a transformar la adversidad en oportunidad. Hoy esa energía creadora tiene un nombre claro: conocimiento. No hablo de una moda ni de un eslogan; hablo de un proyecto de ciudad que pone la ciencia, la tecnología, la innovación y el emprendimiento (CTI+E) al servicio de las personas y el día a día de su vida. 
  Mi invitación es concreta: construir, entre todos, el epicentro global de la CTI+E con el ADN diferenciador de nuestra gente. Un epicentro que haga de Medellín un laboratorio a cielo abierto donde las ideas nacen en los barrios, se prueban en la ciudad y se escalan al mundo; donde la tecnología no aísla, sino que conecta; donde innovar no es un fin en sí mismo, sino un medio para vivir mejor, con más oportunidades para todos y más dignidad. 
 Que Medellín sea el primer Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia no es un título honorífico: es una decisión de largo plazo. Significa que la ciudad eligió orientar su desarrollo alrededor del conocimiento, con proyectos, ideas, incentivos e instituciones que trascienden. Elegimos un camino que prioriza el conocimiento desde la investigación, impulsa el emprendimiento de alto impacto, atrae inversión y pone a las personas en el centro. 
 Hace dieciséis años dimos un paso simbólico y práctico: la creación de Ruta N. Más que un edificio, Ruta N se convirtió en símbolo y motor de una nueva Medellín, la que articula universidad, empresa, Estado y sociedad civil para resolver retos reales de ciudad con ciencia, tecnología e innovación. Desde entonces, el ecosistema no ha parado de crecer y consolidarse en los niveles local, regional e internacional.  Solo en la última década, desde este propósito compartido, se han generado más de 25 200 empleos en CTI, se han fortalecido más de 4 600 negocios, 576 empresas han recibido financiación, más de 270 retos de innovación abierta han sido resueltos y más de 480 compañías nacionales e internacionales han apostado por la ciudad. Estos no son solo números; son oportunidades reales para familias reales y hoy estamos dando un paso aún mayor: Ruta N anuncia la mayor inversión de su historia para consolidar a Medellín como epicentro global de CTI+E. Con más de cien mil millones de pesos gestionados en 2025, la corporación acelera la evolución del Distrito Especial de Medellín guiada por sus tres lineamientos estratégicos. 
 En este marco, Ruta N impulsa proyectos que materializan la Medellín del futuro: FutuMed, la primera zona de tratamiento especial del distrito, que convierte a la ciudad en un gran laboratorio urbano; la estrategia de venture capital, que conecta startups con inversión para escalar globalmente; y el Centro para la Cuarta Revolución Industrial, uno de los veintidós centros del World Economic Forum (WEF), destacado por ser el único de Latinoamérica y de habla hispana. A esto se suman iniciativas de formación de personas en talento CTI+E, programas de apropiación cultural de la ciencia y la tecnología, apuestas GovTech que ponen el gobierno al servicio de las personas, y acciones que cierran las brechas sociales y económicas del distrito. 
  De esta forma, Medellín se consolida como un laboratorio vivo de innovación, donde la ciencia, la tecnología, la innovación y el emprendimiento de alto impacto son el motor del desarrollo económico y social. 
    Tres decisiones estratégicas 
  Para convertirnos en epicentro global de CTI+E con el ADN de nuestra gente, Medellín debe perseverar en tres decisiones estratégicas. La primera es resolver los grandes desafíos de ciudad con ciencia e innovación, entendiendo que la innovación no es un laboratorio encerrado: ocurre en la calle, en el bus, en la escuela, en el centro de salud. Por esto, impulsamos zonas de experimentación, como FutuMed, nuestra primera zona de tratamiento especial, donde se prueban soluciones en movilidad limpia, salud pública, energía y alimentación. Esta Medellín sandbox nos permite aprender haciendo y escalar lo que funciona. 
 La segunda le apunta a conectar a Medellín con el mundo; para esto el Centro para la Cuarta Revolución Industrial (C4IR), en alianza con el World Economic Forum, tiene la misión de acelerar la adopción responsable de la inteligencia artificial y soluciones tecnológicas para la transformación urbana en la ciudad, con el potencial de generar un impacto más amplio en Colombia y América Latina. 
    Y la tercera se enfoca en acelerar negocios de alto impacto, escalables y replicables a través de un ecosistema sano que convierte conocimiento en empleo e inversión. En este sentido, fortalecemos la estrategia de venture capital, conectamos startups con capital y mercados, y acompañamos su crecimiento para su escalamiento hacia el mundo. Innovar también es generar riqueza y distribuirla mejor. 
    La cultura de GovTech 
  Las ciudades que lideran el futuro comparten un rasgo: un gobierno que aprende con datos, tecnología, y que mejora la experiencia de vida de la ciudadanía. Inspirados en referentes globales, estamos construyendo nuestra visión de GovTech, tecnología que pone al gobierno al servicio de las personas. 
 En Ruta N empezamos por lo esencial: mapear la experiencia de las personas en temas concretos — salud, movilidad, empleo, seguridad —, analizar los datos que las afectan y anticipar escenarios para responder a tiempo. GovTech no es un software; es una cultura de servicio público que ahorra recursos, facilita la gestión, es transparente para todos y mejora la vida diaria. 
 Medellín será tan innovadora como sea su gente. Nuestro sueño es que todas las niñas y niños encuentren en el aula la chispa de la curiosidad científica; que los jóvenes desarrollen pensamiento crítico, habilidades digitales y trabajo en equipo; que mujeres, poblaciones diversas y barrios excluidos encuentren las puertas abiertas. 
 Nada de esto es sostenible sin confianza. La innovación centrada en las personas exige instituciones abiertas. En Ruta N hemos fortalecido prácticas de transparencia y trazabilidad en la contratación y la gestión, porque innovar también es rendir cuentas. Cuando la ciudadanía confía, se involucra; cuando se involucra, la ciudad crece exponencialmente. 
    ¿HacIa dónde vamos? 
  El siguiente salto es convertir a Medellín en un laboratorio a cielo abierto que exporta conocimiento, soluciones y esperanza. Por esto, imaginemos el año 2075: barrios como nodos de ciencia ciudadana, donde la comunidad y las universidades cocrean soluciones; movilidad autónoma, limpia y segura con datos abiertos que evitan congestiones y salvan vidas; biotecnología y ciencia de alimentos que garantizan nutrición sostenible para todos; salud apoyada en IA y medicina personalizada, sin perder la calidez de la atención humana; escuelas que investigan, niños y jóvenes que aprenden haciendo, cuestionando, creando y emprendiendo; gobierno conectado y transparente que resuelve antes de que nazca el problema, y empresas que nacen globales y llevan el sello Medellín al mundo. 
 No se trata solo de atraer inversión o talento; se trata de resolver problemas complejos: desigualdad, cambio climático, salud, seguridad alimentaria y energética. Y hacerlo con una mirada profundamente humana: equidad, sostenibilidad y oportunidades para todos. Lo que podemos hacer desde hoy  es convertirnos en un epicentro global, lo cual, no sucede de la noche a la mañana, es una tarea colectiva.
    Hacer un pacto de distrito 
  En Ruta N creemos que este es el momento de hacer un pacto: cada proyecto de ciudad, cada peso público y privado, cada alianza y cada decisión relevante deben preguntarse cómo aporta a la ciencia, la tecnología, la innovación y el emprendimiento para mejorar la vida de las personas. Ese es el filtro. Ese es el camino. 
 Medellín ya no sueña con el futuro: lo está creando. Somos una ciudad que aprende, que coopera, que confía. Una ciudad que entiende que el conocimiento es la fuerza transformadora más poderosa cuando se pone al servicio de su gente. Si seguimos trabajando juntos, cuando el mundo piense en innovación con propósito, pensará en Medellín. 
 Desde Ruta N asumimos este compromiso con decisión y pasión. Medellín cuenta conmigo y con todo mi equipo, para que ser el primer Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia no se quede en un título, , sino que sea la hoja de ruta que guíe cada paso. 
 Nuestro propósito es que el futuro de Medellín se escriba con ciencia, tecnología e innovación y que el mundo entero lo lea como ejemplo de lo que una ciudad puede lograr cuando su gente decide trabajar unida. 
 
 Colaboración especial Carolina Londoño Peláez. Como directora ejecutiva de Ruta N Medellín impulsa la visión de una ciudad que innova para transformar vidas. Es ingeniera biomédica y doctora en Ciencias Médicas, sumando una experiencia de más de diecisiete años en el liderazgo de proyectos que conectan ciencia, educación y tecnología.