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La primera guía de polillas de Suramérica fue hecha por colombianos y tiene 2.065 fotografías

Este proyecto marca un precedente para que las personas se reúnan en torno a la observación de polillas en Colombia así como en algún momento se logró para “pajarear”, una actividad que se volvió turística.

  • Esta es la guía junto con el afiche de mariposas y polillas que venden en Lepidoptera Colombiana. FOTO: Cortesía @Lepidopteracolombiana
    Esta es la guía junto con el afiche de mariposas y polillas que venden en Lepidoptera Colombiana. FOTO: Cortesía @Lepidopteracolombiana
09 de junio de 2023
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Los lepidópteros nocturnos o más conocidos como polillas son insectos que, a diferencia de las mariposas diurnas, han sido relegados por relacionarse con colores oscuros como el café y porque traen supuestos presagios como la creencia de que cuando visitan una casa es porque están anunciando la muerte de alguien.

Las mariposas diurnas, por el contrario, las recuerdan como las coloridas, las llamativas; aunque esa distinción ya no sea tan fiel, porque se han encontrado polillas también de colores.

Ese favoritismo por las mariposas diurnas se nota en las cifras: se sabe que en Colombia hay más de 3.900 especies de mariposas diurnas, sin embargo, aunque se estima que hay alrededor de 30.000 polillas, no hay una cifra certera que hable de cuántas existen en este momento en el territorio, según explicó Indiana Cristo, biólogo entomólogo de Lepidoptera Colombiana.

De esas 30.000 polillas que podrían habitar Colombia, en la primera guía de polillas de Suramérica, liderada por los investigadores colombianos Rodrigo Bernal y Blanca Martinez, hay registro de 2.065 especies en fotografías al vivo capturadas por alrededor de 98 fotógrafos y un trabajo de investigación que tanto Rodrigo como Blanca empezaron hace más de 17 años.

“Primero empecé a observar las polillas de una reserva natural y las fotografié, era algo ocasional pero fui descubriendo lo maravillosas que eran y se convirtió en una obsesión fotografiarlas. Yo soy botánico y viajo por todo el país, entonces les tomaba fotos y cuando me di cuenta de que tenía una colección fui a registrar en las regiones que todavía no tenía y así fue que empecé a crear la guía. Luego desde el 2017 empezamos a organizar más la colección y se fue consolidando esta primera guía”, explicó Rodrigo Bernal, investigador y cocreador de la guía.

Se trata de Polillas de Colombia: guía de campo, un libro de 699 páginas con registro fotográfico de 2.065 polillas con su respectiva información de tamaño, distribución global, altitudinal, biogeográfica y departamental. También registra la abundancia, rareza y lugares sugeridos para su observación, ya que uno de los objetivos principales de los expertos es que, al igual las personas visitan Colombia para “pajarear” también puedan reunirse a hacer polilladas.

“Nosotros queremos hacer divulgación sobre las polillas, mostrarles a las personas lo valiosas que son en los ecosistemas. Este trabajo no es propiamente un libro taxonómico, sino una guía de campo que se puede guardar en un bolso pequeño para llevárselo al campo e identificar las especies que vaya descubriendo”, dijo Indiana Cristo, también colaborador de la guía con algunas de sus fotografías.

“Vamos a ser testigos en los próximos años de un proceso similar al que se dio en Colombia en los últimos 30 años con las aves, cuando yo era estudiante hace 40 años salía a observar aves y la gente no podía creer que un muchacho de 22 años se fuera con unos binóculos a ver pájaros, eso no existía y ya es un plan turístico en el país gracias a la Guía de Aves de Colombia Hilty & Brown traducida al español que llegó en el 86”, recordó Rodrigo.

Con esta guía de polillas se espera que los colombianos y extranjeros tengan a Colombia como un referente para conocer sobre estos insectos tan curiosos: algunos son iridiscentes, tienen colores oscuros para ocultarse de sus depredadores y tienen una especie de pelo que los recubre a diferencia de las mariposas diurnas.

Son imprescindibles en los ecosistemas. “Son parte importante de la cadena alimenticia al ser fuente de alimento para animales como aves y murciélagos, son grandes polinizadores y gracias a esto tenemos diversidad de alimentos como las frutas y son recicladores de nutrientes al ser carroñeras y comer frutas en estado de descomposición”, agregó Indiana Cristo.

Las de Antioquia

De las 2.065 especies que hay en esta guía hay varias que son de Antioquia que fueron tomadas en sitios como el Parque Nacional Natural de Las Orquídeas ubicado al occidente de la región andina.

“Antioquia como departamento es uno de los más estudiados y de los que más conocen de la biodiversidad. Lo tienen todo: tienen salida hacia el Magdalena, hacia el río Cauca, una parte de mar y del Chocó. Son un mosaico heterogéneo de paisajes y tienen desde tierras bajas cálidas hasta los páramos, incluso cerca de Medellín hacia el norte está el Páramo de Belmira”, dijo Indiana Cristo.

Según el investigador Cristo si se explorara más la región antioqueña más de la mitad de polillas serían especies nuevas y endémicas del país. “Con esto se motiva a la investigación de estos insectos, un gran logro ya que siempre ha habido más afición por las mariposas diurnas”, agregó el biólogo entomólogo.

Proteger las polillas

Las polillas existen hace más de 250 millones de años mientras que las mariposas diurnas datan de hace 100 millones de años: ellas son una evolución de las primeras. A pesar de su duración, los investigadores alertan que hay una disminución global de insectos.

Los lepidópteros están amenazados por la pérdida de hábitats por la contaminación del agua, incendios forestales y aplicación de agroquímicos. “Si esto pasa habrá disminución de la oferta alimentaria tanto para nosotros como para otros animales. Las mariposas monarcas norteamericanas que migran hacia Centroamérica disminuyeron en un 70 %. Hay que darle un espacio de investigación a estos insectos”, explicó Indiana Cristo.

La creación de espacios verdes como jardines funcionales en la ciudad y en las casas pueden ser de suma importancia para estas especies y también generar espacios de ciencia participativa. “Ir con nosotros a observarlas, conocer sobre ellas, para qué sirven y generar jardines funcionales son algunas claves para protegerlas”, agregó el investigador.

Los jardines funcionales son aquellos que tienen plantas con frutas para que tanto insectos como las mariposas y las polillas como aves y otros animales puedan acercarse para asegurar su supervivencia en el medio a pesar de la intervención de los centros urbanos. Esta guía es un precedente de lo que se logrará en el futuro para la protección de estos insectos todavía tan desconocidos.

“Busquen plantas con flores para crear su jardín y vendrán estos animalitos. Es una forma bonita en la que podemos contribuir a la supervivencia de los lepidópteros, por ejemplo, en las ciudades”, finalizó Indiana.

La guía se puede conseguir en el Instagram de Lepidoptera Colombiana (@Lepidopteracolombiana) por un precio de $185.000 pesos y viene con un afiche de mariposas y polillas.

Daniela R. Gómez Isaza

Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. El sueño de ser médica lo cumplí haciendo periodismo de salud. También escribo sobre ciencia y de vez en cuando cultura.

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