En imágenes | El eterno éxodo de los embera al Valle de Aburrá
Del Alto Andágueda, Chocó, son los 845 Indígenas que viven en este momento en inquilinatos de Medellín
En el resguardo Aguasal, Chocó, Arcelio Manúcama vive con sus hijos, y María Ibelina Sintua su compañera que está en embarazo de su quinto hijo, ellos también tienen programado desplazarse a Medellín cuando nazca el bebe. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
La cuidad se ha convertido en un atractivo para los Indígenas, muchas mujeres salen a las calles con los niños a pedir limosna. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO
Los cuartos de los inquilinatos son por lo regular pequeños espacios donde se albergan una gran cantidad de indígenas. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
En el resguardo Aguasal, Chocó, Arcelio Manúcama, comparte con sus hijos mientras María Ibelina Sintua, su esposa observa, ella está en embarazo de su quinto hijo. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
La Oriental es paso obligado entre Niquitao y los paraderos de buses que los indígenas utilizan para desplazarse a lo largo del Valle de Aburrá. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
En los pequeños cuartos donde habitan los embera, acomodan fogones, colchones entre muchas cosas más. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
En sus resguardos las mujeres salen a trabajar con bejucos a la espalda en búsqueda de plátano y otros productos alimenticios. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
En la cuidad las mujeres se ubican en algunos lugares, muchas para vender productos y otras a pedir limosna. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
Dentro los inquilinatos reina muchas veces la incertidumbre por no tener con que pagar la noche. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
Muchas familias indígenas regresan voluntariamente a sus resguardos pero la mayoría prefieren quedarse en la ciudad que según ellos les proporcionan más facilidades de vida. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
Es normal encontrarlos movilizándosen por la ciudad en buses de servicio público. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
Ellos observa desde los balcones de los inquilinatos los espacios que le brinda la cuidad. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
En los resguardos las mujeres son las encargadas en velar por sus hijos mientras los hombres ejercen labor de vigilancia. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
El sistema de transporte metro cable también es utilizado por las indígenas para recorrer la cuidad. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
En los inquilinatos, ellos no tienen sillas ni camas, el piso es el lugar para dormir, alimentarse y poner sus pertenencias. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
La noche transcurre con tranquilidad para los indígenas en el resguardo Aguasal en Chocó. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
Los niños Indígenas cuentan con muy poco espacio para la recreación en los inquilinatos donde viven. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.
Niña indígena cocina en leña durante la noche en un inquilinato del sector de Niquitao en Medellín. Foto: MANUEL SALDARRIAGA QUINTERO.