En Putumayo empiezan a despedir a las víctimas de la tragedia que enluta a Colombia
El sábado primero de abril fuertes lluvias ocasionaron el desborde de los ríos Mocoa, Mulato y Sancoyaco provocando una avalancha que arrasó con los barrio San Miguel, El Progreso, Laureles, El Libertador, San Fernando y San Miguel. Foto: Andrés Cardona
Los organismos de socorro como la Cruz Roja Colombiana, Unidad Nacional de Atención a Riesgos, Bomberos y Defensa Civil, continúan removiendo escombros buscando señales de vida y recuperando los cuerpos de las personas fallecidas. Foto: Andrés Cardona
Muchas familias perdieron todas sus pertenencias, Mocoa sigue sin agua potable y energía eléctrica, la mayoría de los afectados están en refugios temporales con dificultades de alimentación y lugares aptos para dormir. Foto: Andrés Cardona
Algunos pobladores de Mocoa continúan removiendo escombros y lodo intentando rescatar algunas de sus pertenencias en los lugares donde antes estaban sus viviendas. Foto: Andrés Cardona
Los bomberos utilizan caninos para rastrear posibles sobrevivientes y cuerpos de las personas fallecidas en medio de los escombros. Foto: Andrés Cardona
A las afueras del Hospital cientos de personas esperan que lleguen con los cuerpos de los fallecidos para poder identificar a alguno de los familiares que están desaparecidos. Foto: Andrés Cardona
Albergue temporal instalado en el Instituto Tecnológico del Putumayo (ITP), 500 personas están albergadas allí. Las labores de reconstrucción del municipio podrían durar hasta tres años, asegura el Ministro de defensa Luis Carlos Villegas. Foto: Andrés Cardona
En el hospital local continúan algunos niños y niñas que fueron afectados pero que se encuentran estables de salud. Allí son atendidos por el personal médico bajo supervisión del ICBF. Foto: Andrés Cardona
Yolanda Chindoy sobrevivió al desastre natural, ella pudo salvar a sus tres nietos de ser arrastrados por la avalancha que acabó con el barrio San Miguel donde habitaba. Foto: Andrés Cardona
Monseñor Luis Alberto Maldonado Monsalve ora con los familiares víctimas del desastre en el cementerio principal de Mocoa. Foto: Andrés Cardona
El listado publicado por el hospital de las fallecidas es consultado a diario por los familiares. Los datos oficiales dan cuenta de 273 muertos, 262 heridos, 183 necropsias realizadas, 60 cuerpos identificados y 100 entregados a sus familiares hasta el momento. Foto: Andrés Cardona
Las personas que están en los albergues piden ayuda con alimentos y agua potable, algunas organizaciones están recibiendo ayudas económicas, otras en especie. Foto: Andrés Cardona
El trabajo de la Fiscalía ha sido lento puesto que son muchos los fallecidos. Las familias tienen malestar por la demora debido a que algunos reconocieron a sus familiares desde el sábado y todavía no les han entregado los cuerpos. Foto: Andrés Cardona
Los niños y niñas fueron de los más afectados, algunos que se salvaron están en los albergues temporales y otros fueron traslados a hospitales de mayor categoría para ser atendidos. Foto: Andrés Cardona
Para ingresar al cementerio hay que hacer fila, para poder identificar los cuerpos también y para que se los entregue hay que esperar mínimo dos días, lo que genera malestar en las familias. Foto: Andrés Cardona
Muchos cuerpos siguen sin ser identificados en el cementerio y la morgue. Mocoa ya está en alerta sanitaria por la descomposición de los cuerpos y por los animales que también fallecieron en la avalancha. Foto: Andrés Cardona
El desespero se apodera de las víctimas, cuentan que sus familiares ya están en descomposición y que solo quieren hacerles una cristiana sepultura. Foto: Andrés Cardona
La ayuda psicosocial se convierte en una prioridad para la atención a los familiares de las avalancha, el desconsuelo se apodera de muchas familias que perdieron absolutamente todo. Foto: Andrés Cardona
La Policía Nacional y el Ejército han cumplido una ardua labor para ayudar a salir de la tragedia a los afectados. Foto: Andrés Cardona
A algunos de los cuerpos se les está haciendo la necropsia en el mismo cementerio y a cielo abierto debido a que la cantidad de fallecidos desborda la capacidad de las instalaciones. Foto: Andrés Cardona
Las familias de algunas víctimas están cavando huecos para enterrar los cuerpos sin vida de sus familiares. Foto: Andrés Cardona
Algunos de los sobrevivientes necesitan atención prioritaria, en el albergue se encuentran personas con lesiones graves que esperan ayudas médicas y psicológicas. Foto: Andrés Cardona