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Quienes acuden a El Volador ven las setenta y cuatro especies de mariposas que llegan a polinizar el lugar en diferentes momentos y reverdecen este paraíso abierto en medio de la urbe de cemento. FOTO: Edwin Bustamante -
Quienes acuden a El Volador ven las setenta y cuatro especies de mariposas que llegan a polinizar el lugar en diferentes momentos y reverdecen este paraíso abierto en medio de la urbe de cemento. FOTO: Edwin Bustamante -
Quienes acuden a El Volador ven las setenta y cuatro especies de mariposas que llegan a polinizar el lugar en diferentes momentos y reverdecen este paraíso abierto en medio de la urbe de cemento. FOTO: Edwin Bustamante -
Quienes acuden a El Volador ven las setenta y cuatro especies de mariposas que llegan a polinizar el lugar en diferentes momentos y reverdecen este paraíso abierto en medio de la urbe de cemento. FOTO: Edwin Bustamante -
Quienes acuden a El Volador ven las setenta y cuatro especies de mariposas que llegan a polinizar el lugar en diferentes momentos y reverdecen este paraíso abierto en medio de la urbe de cemento. FOTO: Edwin Bustamante -
Quienes acuden a El Volador ven las setenta y cuatro especies de mariposas que llegan a polinizar el lugar en diferentes momentos y reverdecen este paraíso abierto en medio de la urbe de cemento. FOTO: Edwin Bustamante -
Quienes acuden a El Volador ven las setenta y cuatro especies de mariposas que llegan a polinizar el lugar en diferentes momentos y reverdecen este paraíso abierto en medio de la urbe de cemento. FOTO: Edwin Bustamante -
Quienes acuden a El Volador ven las setenta y cuatro especies de mariposas que llegan a polinizar el lugar en diferentes momentos y reverdecen este paraíso abierto en medio de la urbe de cemento. FOTO: Edwin Bustamante -
Quienes acuden a El Volador ven las setenta y cuatro especies de mariposas que llegan a polinizar el lugar en diferentes momentos y reverdecen este paraíso abierto en medio de la urbe de cemento. FOTO: Edwin Bustamante
Paraíso de mariposas en medio de la ciudad
En El Volador, uno de los siete cerros tutelares de Medellín, encontramos un oasis al aire libre esperando abrir sus especies a la ciudad.