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El 30 de mayo de 2011 entró en operación el Mercado Integrado Latinoamericano –Mila–, el acuerdo firmado por las bolsas de Santiago (Chile), Lima (Perú) y Colombia, así como por los depósitos Deceval, DCV y Cavali, con el que se creó un mercado regional para la negociación de títulos de renta variable de los tres países, al cual se unieron en 2014 la Bolsa Mexicana de Valores e Indeval.
Desde entonces, inversionistas e intermediarios de estas naciones pueden comprar y vender las acciones de las cuatro plazas bursátiles a través de un intermediario local.
En estos diez años de historia se han dado, de acuerdo con información de la Bolsa de Santiago (entidad que está a cargo de la presidencia del mercado en este momento), 30.018 transacciones entre corredores corresponsales por un monto de USD$630.203.725 –con corte a enero de 2021–.
En respuesta a EL COLOMBIANO desde Santiago de Chile, la Bolsa de Santiago afirmó que el balance es satisfactorio ya que “en el ámbito operacional hubo importantes avances en cuanto a la interconexión de nuestras plataformas de negociación, junto con la generación de convenios de corresponsalía entre corredores de los distintos mercados, para permitir la intervención directa de corredores de los otros tres mercados en nuestro sistema de negociación”.
Pese a lo anterior, la entidad aseguró que esos avances no se reflejaron en un aumento significativo de las operaciones cruzadas. La razón, señaló, reside en que se requieren integraciones y estándares regulatorios adicionales que acompañen el perfeccionamiento de negocios en toda la cadena operativa, “lo cual incluye los sistemas de custodia internacional de valores, la compensación y liquidación de monedas y el tratamiento regulatorio y tributario que experimentan inversionistas institucionales en los distintos mercados”.
Aún con esto, la Bolsa de Santiago destaca los acercamientos “importantes y positivos” entre las distintas bolsas y las entidades regulatorias en los cuatro países. Esto, dice, les ha permitido detectar “con mayor precisión” las líneas de trabajo continuo que requieren para lograr el objetivo macro: tener un mercado integrado regional que ayude a alcanzar sinergias y obtener beneficios de un mercado “más profundo y líquido” que potencia el desarrollo de sus economía y, en definitiva, mejore la calidad de vida de sus habitantes.
El escenario político
Desde la Bolsa de Valores de Colombia –BVC–, entidad que este año asumirá la presidencia del Mila, resaltan las barreras que este mercado ha podido derribar, comenzando por la posibilidad, inexistente hasta hace once años, de que hubiese operaciones cruzadas entre las bolsas de los cuatro países.
Sin embargo, Jaime Sarmiento, director de Medios y Relaciones Públicas de la BVC, señala que las incertidumbres propias de los contextos políticos en los países –en especial en Chile y Perú– han hecho mella en un avance que podría haber sido mucho mayor al que quizá esperaban.
“En los últimos diez años pasamos de ser países relativamente estables en lo político y lo económico a tener sobresaltos que han hecho que los procesos avancen en ocasiones muy rápido y en otras muy lento. En Colombia, por ejemplo, ha habido cerca de ocho reformas tributarias en diez años, y en cada una de ellas han ido cambiando las reglas de juego, eso hace que los inversionistas de un lado y del otro no tomen decisiones rápidas. Cuando inviertes capital miras el horizonte de mediano y corto plazo, y eso ha hecho que en estos países, desafortunadamente, y como nos conocemos un poco, la confianza no haya sido más grande”, plantea Sarmiento.
Dado el ambiente político en los últimos cinco años, los mercados se han centrado más en las operaciones locales que en las exteriores. De todos modos, el vocero de la BVC resalta los resultados obtenidos en la integración: pasar de cero a más de 600 millones de dólares en las operaciones entre los países es “una utilidad” con la que no se contaba, expresa, y agrega que en eso ha incidido el hecho de que las bolsas hayan abierto sus puertas y dispuesto mecanismos regulatorios, como el reconocimiento de los títulos valores que tienen el mismo trato que en los mercados locales, para impulsar las operaciones.
Alberto Maya, subdirector de Comunicación Corporativa del Grupo Bolsa Mexicana de Valores, comentó que “continuamos colaborando con el resto de las bolsas de valores que lo integramos”.
Un paso adicional
Dados los resultados que ha mostrado la integración, y con el interés de dar un paso adicional para establecer un mercado más grande, las bolsas de Chile, Colombia y Perú tienen muy adelantadas conversaciones para establecer un mercado único de valores y que haya una sola bolsa regional.
Para eso contrataron a la banca de inversión internacional Rothschild & Co, para que evalué y plantee un escenario de integración
La Bolsa de Santiago, ante la inquietud presentada por EL COLOMBIANO frente a este tema, acotó: “consideramos que el camino más directo para concretar una integración regional real y efectiva pasa, por una parte, por conformar una integración a nivel corporativo de las bolsas, que asegure el diseño, la planificación e implementación de distintas iniciativas que a nivel operacional y tecnológico se requieren con mayor prioridad y, por otra, por acelerar el avance, a nivel regulatorio y normativo, hacia la asimilación de los estándares internacionales que facilitan y fomentan la atracción de inversionistas institucionales, tanto locales como globales”.
Jaime Sarmiento, de BVC, señaló que la sinergia reportaría un abaratamiento de costos al simplificar la estructura, y tener un mayor calado en el mercado de acciones, pero además explotar otras virtudes en el mercado de renta fija, de deuda y de derivados.
“Con la sinergia ganan todos. Colombia sigue siendo sofisticado en renta fija, Chile tiene un mercado mucho más atractivo en renta variable, y Perú tiene todo un mercado por desarrollar, así que todo se complementa”, precisa.
Esta integración, según el vocero, les daría mayor visibilidad a quienes participan del mercado integrado, ya que no tendrían que ir a otros escenarios internacionales para realizar sus inversiones sino que ese dinero se quedaría en la región.
Beneficio a inversionistas
Juan Pablo Camacho, socio de Equilibrio Capital, experto en gestión estratégica de negocios y gestión de activos, cree que el Mila es un esfuerzo valioso para las cuatro economías en cuanto a que ha trascendido de los aspectos operacionales para avanzar en temas como la aceptación mutua de la legislación en cada país, y será exitosa en la medida en que se solucionen temas complejos en estándares normativos y aspectos tributarios, atacando o reconociendo las asimetrías regulatorias.
Sin embargo, cree que serán más los beneficios para los inversionistas si la integración se mueve de forma más agresiva y decidida, y evolucione para que no se generen operaciones tan limitadas como hasta ahora cree que ha ocurrido.
“Ha habido algunas emisiones que se han intentado dar de forma cruzada, pero hay que hacerlo de forma más decidida, que no sea solo la función transaccional sino que el marco normativo facilite, incluso, la competencia entre los agentes de las diversas economías, que se generen las condiciones para que la inversión cruzada sea efectiva, que los chilenos puedan venir a Colombia o al contrario”, expresa Camacho.
El profesor Diego Arley Gil, magíster en Negocios Internacionales de la Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano y director de operaciones Backoffice ICAP, escribió en Análisis del marco tributario de los países miembros del Mila y su efecto en la negociación de acciones entre países (2020) que “es necesaria una mayor promoción del mercado integrado entre los inversionistas, ofrecer incentivos en costos transaccionales y unificación de la información tributaria para que cualquier inversor esté bajo las mismas condiciones en cuanto a carga tributaria, independientemente en qué país del mercado Mila invierta”.
En su concepto, el Mila no es suficientemente conocido por los inversionistas, lo cual ha incidido en que la integración no haya alcanzado el potencial proyectado.
Colaborador. Comunicador Social Periodista U. de A., Especialista en Gerencia del Mercadeo UPB.