Que un país que tiene el 35,1 por ciento de sus tierras aptas para la siembra sin utilizar, esté importando cada mes 215 millones de dólares en cereales, frutas y verduras, fue una de las razones que motivó al Gobierno a diseñar un plan de mediano plazo que permita extender la frontera agropecuaria en un millón de hectáreas.
Así lo planteó el ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, en la presentación del plan Colombia Siembra, ayer en Santa Marta, donde anunció inversiones por 1,6 billones de aquí al año 2018, con la idea de reemplazar la mitad de las 10 millones de toneladas de importaciones de alimentos que se generan en el país.
En ese escenario, el funcionario precisó que Colombia dispone de 26,5 millones de hectáreas netas para desarrollar actividades agropecuarias: 11 millones de hectáreas para agricultura (hoy solo se utilizan 7,13 millones), 6 millones de hectáreas para ganadería, 7 millones para la actividad agroforestal y forestal y 2 millones para cuidado de los cuerpos de agua.
Insistió en que la apuesta es por tener cultivadas 8,13 millones de hectáreas en el 2018, aumentando en 14 por ciento el área sembrada, e impulsar en 1,7 por ciento adicional el crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB agropecuario).
“Este no es un plan del Ministerio de Agricultura, sino de todos los actores del sector agropecuario pensado para el beneficio de todos los pobladores rurales”, indicó el funcionario, quien precisó que el propósito es pasar de un crecimiento del sector de 2,3 por ciento en 2014 a 6,2 por ciento en 2018, generando 264.000 empleos en el campo.
Además de impulsar el cultivo de cereales y granos (maíz, soya, cebada y arroz) para fortalecer la oferta agropecuaria nacional y darle mayor variedad a la canasta exportadora (aguacate Hass, hortalizas, mango, piña, entre otras), se busca impulsar la siembra de pescados y mariscos, así como robustecer la actividad ganadera y jalonar la resiembra forestal destinada a preservar las cuencas y la recuperación hídrica.