En el primer trimestre del año, al igual que las grandes empresas, las unidades residenciales deben celebrar la asamblea anual de copropietarios en la que se presentan los resultados del ejercicio económico del año anterior y explican el presupuesto para la vigencia siguiente.
Pero, ¿qué se debe tener en cuenta para ordenar los costos y gastos de una urbanización? Una consideración que entrega Ricardo Yepes, líder de la firma administradora de propiedades Abelardo Yepes SAS, es que las cuentas no estén atadas al desempeño del Índice de Precios al Consumidor (IPC) o inflación.
“Por lo general, en los complejos habitacionales se cree que la cuota de administración debe incrementarse según el comportamiento del IPC. Este es un grave error porque la copropiedad no consume la canasta familiar, lo que más demanda son salarios, así que los ajustes deben estar más conectados con el incremento del salario mínimo”, precisó.
En ese sentido es claro que los sueldos de quienes prestan los servicios de vigilancia, aseo o mantenimiento están sujetos al incremento del salario mínimo que fue del 6 % para este año, mientras que la inflación de 2019 fue menor y se ubicó en 3,8 %.
Yepes también abogó por definir puntualmente las necesidades de la copropiedad, es decir cómo quiere operar, qué quiere hacer y qué servicios busca ofrecer. “Habitualmente se exige más vigilancia, fiesta o decoración navideña, pero sin que suba la cuota de administración”.