“¿Dónde están las cuentas falsas y el spam, pajarito azul?”. Esto es lo que le dice Elon Musk a los miembros de la directiva de Twitter mientras los tiene literalmente agarrados del cuello al amenazar con no concretar la compra de la red social por US$44.000 millones, en un capítulo más de esta larga “twitternovela”.
En una carta dirigida a la compañía, el magnate dijo que la dirección actual de Twitter está “resistiéndose y frustrando” la entrega de información sobre cuentas falsas y spam, lo que equivale a un “claro incumplimiento material” de los términos del acuerdo de compra.
Como es su costumbre, Musk no se anda con delicadezas e insistió, a través de su abogado, en que Twitter “ha rechazado proveer de la información que se ha solicitado repetidamente desde el 9 de mayo”.
Musk siempre ha sostenido que los bots “spameros” son uno de los principales problemas de Twitter.
Twitter en la mira
De otro lado, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, anunció que su oficina abrirá una investigación sobre los bots y cuentas falsas de Twitter, tras las quejas públicas del multimillonario de origen sudafricano.
En concreto, lo que exige Paxton son detalles sobre los usuarios activos diarios y mensuales de la red social y solicita “documentos suficientes para mostrar la cantidad de cuentas no auténticas para cada mes desde 2017 hasta el presente”.
Puede ser que la acción de Paxton no haya sido motivada por Musk, pero para muchos observadores la actuación del fiscal parece sincronizada con las insistentes solicitudes que en las últimas semanas ha planteado el potencial comprador de Twitter.