Como una pieza rectangular de plástico con una banda magnética, un microchip y números en relieve que, con un abrir y cerrar de ojos, convierten clics y botones verdes en objetos deseados, ven los niños las tarjetas de débito y crédito cuando sus padres no les explican cómo funcionan, como si no hubiera que pagar nunca.
De la misma manera observan las finanzas en su hogar cuando tienen padres que actúan como “colchón”, es decir, aquellos que ocultan a sus hijos las dificultades para conseguir el dinero que sostiene a la familia.
“Por tanto, ellos son los responsables de las decisiones financieras irresponsables de sus hijos, que estos crecen pensando que el dinero se logra sin esfuerzos”, indicó la docente en finanzas personales de la Universidad de la Sabana, María Teresa Macías.
Además, muchos padres hablan de cuestiones como ganar dinero, ahorrar y gastar, pero no de temas sensibles, como las deudas familiares, mencionó el economista del BBVA Research, Jorge Arellano.
Por ello, el primer paso es involucrarlos en las transacciones monetarias diarias. “Contarles que la tarjeta de crédito trae un extracto de lo que se consumió, que tienen un plazo para el pago y que deberá cancelar una suma más alta que la original”, afirmó Clara Guzmán, líder del programa de Bienestar Financiero de Old Mutual.
Así, uno de cada cuatro estudiantes son incapaces de tomar decisiones cuando se trata de sus gastos diarios, según un reciente informe de analfabetismo financiero del programa Pisa de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (Ocde). Agregó que, si bien 56 % de los adolescentes tiene una cuenta de ahorro, solo un 31 % tiene habilidades para manejarla y dos de cada tres no saben leer un extracto (ver Informe).
Por eso, expertos dan consejos para que su hijo no sea parte del alto porcentaje de analfabetismo financiero:
1. Defina unas obligaciones en el hogar
Luego de asignarles una responsabilidad en la casa, acuerde con su hijo una propina, sugiere Marcello Mundaca, experto del portal Comparabien.com. Cuando el niño sienta que ya tiene un ingreso seguro, converse con él y háblele de las ventajas de ahorrar y de gastarlo de forma apropiada, agregó. “El peor error que cometen los padres en la educación de sus hijos es darles todo lo que piden, sin exigirles un aporte o una contribución de ellos para adquirir lo que quieren o necesitan”, añadió Arellano.
Esta práctica puede resolver el problema de muchos jóvenes, quienes durante su etapa escolar solo gastan en bienes de consumo, porque no tienen que pagar servicios, préstamos u otras obligaciones y cuando reciben su primer sueldo no saben cómo administrarlo. “Ahí se presenta la primera crisis, porque a los gastos de consumo se suman obligaciones básicas, o el aporte a los gastos de la casa, si viven con sus padres”, comentó Mundaca.
2 Sea el mejor ejemplo para sus hijos
El referente de padres que trabajan para pagar deudas con tarjetas de crédito o que frecuentemente usan ese medio de pago “para darse gustos” acompañan al niño hasta su vida madura. “Es ver las deudas como el único modo de vivir bien, porque así lo impone una cultura del consumo inmediato”, describió la docente Macías. Explicó que muchas veces se usan las tarjetas de crédito para pagar cosas innecesarias, haciéndolas pasar como importantes. Pero no ahorrar hace que se pague el valor con un tasa de interés que puede ser hoy de hasta 33,5 %.
Muestre uso de los productos bancarios
También hay que hacer pedagogía sobre alternativas en el mercado (ver análisis). La cuenta de ahorro es muy útil, porque a diferencia de una alcancía, no se puede romper o acceder de forma fácil.
Por otro lado, se debe invitar a los hijos a entender qué implica usar la tarjeta de crédito, que deben leer extractos y que compras a más de una cuota valdrán siempre más.