Más que simples apuestas, las proyecciones económicas de centros especializados son un termómetro de cómo va el país. En esa línea, las más recientes perspectivas indican que la recuperación de la actividad productiva va más fuerte de lo esperado e incluso da para pensar en un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 10% este año, aunque con el desempleo como lunar.
Es el caso de Bbva Research, que ayer elevó sus previsiones sobre la economía colombiana para este año de 7,5% a 9,2%, y el de Fedesarrollo, que en la misma línea aumentó su expectativa de 7,2% a 9,5%, lo que está por encima del 8,6% que observa el Banrepública. Para esos centros de investigaciones el repunte no solo se explicará por la baja base de comparación (en referencia a que en 2020 el PIB cayó 6,8%), sino también por el consumo de los hogares.
De hecho, no son los únicos que revisaron el cálculo al alza. El miércoles Credicorp Capital hizo lo propio al anticipar un 9,5% para este año, lo cual está por arriba de su anterior apuesta que era 8%; por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque algo más cauto, también dio un espaldarazo al país y su ajuste fue de 5,1% a 7,6%.
En general, cada organismo tiene posturas similares para explicar el mayor optimismo. Estas las resume Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, quien citó el incremento en la movilidad a raíz de la flexibilización de medidas de contención de la pandemia desde mayo, la evolución del proceso de vacunación y el aumento en el gasto de los hogares como las razones internas.
También hay elementos externos como la subida de los precios de las materias primas y una recuperación de la economía mundial más rápida de lo esperado. Y entre los sectores el comercio, la industria y las actividades artísticas y de entretenimiento aportarían cerca del 60% del crecimiento esperado, complementó Mejía.
En una línea similar, Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research para Colombia, analizó que parte del dinamismo de la economía, y en particular del consumo, se explica por el ahorro retenido en los momentos más fuertes del confinamiento, “pero, en adelante, la recuperación de la demanda interna dependerá más de la dinámica de la economía liderada por las mejoras del mercado laboral y la mayor producción interna”.