“Con su experiencia internacional y actual cargo en el Fondo Monetario Internacional (FMI), será una perfecta presidenta para el Banco Central Europeo (BCE)”, así anunció Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, la nominación de Christine Lagarde al cargo de quien será la cabeza responsable de la política monetaria de la zona euro, que comprende 17 países.
La tenacidad y disciplina son algunas de las características que más sobresalen en esta mujer que a sus 63 años ha logrado romper varios techos de cristal. Llegar a ocupar, por primera vez, cargos tradicionalmente masculinos, como dirigir instituciones financieras de la talla del FMI, es uno de sus logros.
Nació en París, Francia, pero estudió su secundaria en Maryland, Estados Unidos. También hizo parte de la selección francesa de natación sincronizada, allí aprendió a ser disciplinada. Así lo consigna un blog del FMI, en la sección de datos biográficos.
Más adelante, estudió Derecho en la Universidad de París X y obtuvo una Maestría en el Instituto de Ciencias Políticas de Aix-en-Provence. Con esto, ingresó al Colegio de Abogados de París y se incorporó como asociada al estudio jurídico internacional de la firma Baker & McKenzie, especializándose en derecho laboral, competencia y fusiones y adquisiciones.
En 1995, entró a ser miembro del Comité Ejecutivo de esta empresa y se convirtió en Presidenta del Comité Ejecutivo Mundial de la compañía en 1999, ese fue el primer hito en su carrera. Posteriormente, fue la Presidenta del Comité Estratégico Mundial en 2004.
Su primer cargo público fue el de Ministra de Comercio Exterior de Francia en junio de 2005, durante el gobierno de Jacques Chirac. En junio de 2007, bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy, fue la primera mujer en ocupar el cargo de Ministra de Economía y Finanzas de un país del G-7.
En 2008, también presidió el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea (Ecofin), integrado por los Ministros de Economía y Finanzas de la UE, desde allí, promovió políticas internacionales relacionadas con la supervisión y la regulación financiera y el fortalecimiento de la gobernanza económica mundial.
Cuando Francia ocupó la Presidencia del G-20 en 2011, Lagarde puso en marcha una amplia agenda de trabajo sobre la reforma del sistema financiero internacional.