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Teniendo en cuenta que el Ministerio de Minas y Energía sugirió para noviembre una disminución en los precios de los combustibles, EL COLOMBIANO hizo la tarea de confrontar las variaciones que han tenido dichos precios entre enero y noviembre de 2015, para la capital de Antioquia, comparado con el aumento de la inflación.
El impacto para el bolsillo de los consumidores que necesitan tanquear ha sido positivo en el caso de Medellín y sus alrededores. En los once primeros meses del año el galón de gasolina corriente cayó, en promedio, 498,56 pesos y para el caso del acpm, el descenso acumulado fue de 511,13 pesos.
Sin duda esto significa un ahorro para la gente, que si lo comparamos con los 8.350,36 pesos, que valía en enero un galón de corriente en Medellín, significa una reducción de casi el 6 por ciento. En el caso del galón de Acpm, el ahorro ha sido del 6,22 por ciento.
Sin embargo, la inflación acumulada entre enero y septiembre de 2015 para la capital antioqueña ha sido del 5,47 por ciento, lo que indica que el descenso en el precio de los combustibles no compensa el encarecimiento de los precios al consumidor en la ciudad.
Habría un saldo a favor muy pequeño y habría que esperar a cómo termina la tasa de inflación, muy cerca del 6 por ciento.
Según explicó el Ministerio de Minas y Energía en un comunicado, “la caída de los precios internacionales y la tasa de cambio fueron las razones que incidieron en la disminución de los precios de los combustibles. Sin embargo, el alza en el precio del biodiesel impidió que el acpm hubiera tenido una mayor reducción en el precio final”.
Es importante destacar que la estructura de precios que opera en Colombia contempla 25 zonas del país bajo régimen de libertad vigilada, para fijar el margen de distribución de los combustibles líquidos.
El galón de gasolina corriente en Medellín comenzó el año en 8.350,36 pesos y el de Acpm en 8.217,17. Para febrero cayó 139,37 pesos en el primero y en el segundo cayó 126,54 pesos.
De febrero a marzo la caída fue más pronunciada porque el galón de corriente bajó 299,99 pesos, mientras que el de Acpm cayó 309,29 pesos. Así se sostuvieron hasta junio, cuando hubo un incremento de 90,12 pesos, para el primero, y de 150,16 pesos para el segundo.
Este último ajuste fue el pico más fuerte registrado en el acpm. El alza más fuerte en el galón de corriente se dio entre junio y julio: subió 134,84 pesos.
Los descensos en el combustible ayudan a paliar el alza en el costo de vida de las familias colombianas, pues el transporte es el tercer rubro de más gasto, después de vivienda y alimentos, en el cálculo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) .