El mundo, de momento, parece tomar un pequeño respiro. Los anuncios de reapertura controlada en Irán, España e Italia –zonas que en algún momento fueron foco del covid-19–, además de una mejora en las exportaciones chinas, tienen con buen ánimo a los inversionistas. La confianza por comprar bienes que venían presentando descensos alarmantes se recupera de a poco.
El petróleo es uno de esos segmentos. Después de semanas de pérdidas de valor de hasta el 25 %, y de tenedores de crudo que pagaron 37 dólares para que alguien les guardara los barriles que no utilizaban, el crudo tanto WTI como Brent –referencia que usa Colombia– vuelven a experimentar crecimientos.
En la jornada de ayer el petróleo siguió arriba de los 31 dólares, para el caso del Brent, y tuvo un crecimiento muy cercano al 3 % en comparación con el ejercicio de pasado martes. Pero el movimiento más significativo lo sintió el WTI que si bien cayó 1,8 % en la jornada de ayer, tras días de cotizarse en 1, 6 ó 10 dólares, se estabilizó en 23 dólares.
Las razones del fenómeno se explican por los efectos de reducir la oferta del material, es decir: disminuir su producción para que circule menos crudo y su valor se recupere, decisión a la que se vio obligada la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) hace dos semanas.
Pero hay otro punto: la recuperación paulatina de la vida cotidiana de los países que sufren la pandemia desde comienzos de 2020. Amylkar Acosta, exministro de Minas y Energía, aseguró que a medida que más industrias demandantes de petróleo retomen actividades se podrá pensar en mejores precios “que al final se traducirán en más ingresos para la nación y un fortalecimiento del peso frente al dólar”.
Misma perspectiva que tienen desde el Ministerio de Minas y Energía. La titular de esa cartera, María Fernanda Suárez, aseguró que si bien la baja demanda del material ha sido una de las causantes para que las reservas de petróleo en Colombia aumentaran 6,3 años en 2019, en el mediano plazo la vuelta a la normalidad hará que el país y las naciones petroleras pongan, de nuevo, a funcionar taladros.