99,7%
aumentaron las importaciones de algodón en Colombia, con corte a julio: Dane.
Las larvas de un gusano atacando las cápsulas de algodón en las cosechas de Punjab, ciudad en los límites entre India y Pakistán, podrían hacer que cuando vaya por la ropa de fin de año pague hasta un 35% más de lo que estaba acostumbrado. No solo pasaría en Colombia, la alza afectaría a todo el mundo.
¿Cuál es la situación? Por estos días los futuros del algodón, es decir, el contrato para entrega en diciembre, registra los precios más altos en una década. Dice Bloomberg que la libra se transaba ayer en 1,05 dólares, que implica un aumento de 34% frente a los US$0,78 en los que arrancó el año.
Pero las larvas atacando en la India y poniendo en aprietos la cosecha de ese país —que es uno de los principales productores de algodón del mundo— son solo una cara de la moneda. También tienen que ver la alta demanda de China, cuya recuperación económica va a todo vapor, las dificultades de envío por la falta de contenedores y los altos fletes, y los problemas que atraviesan otros distribuidores claves como Bangladesh y Pakistán.
El problema
Ni la más grande, ni la más pequeña empresa colombiana de textiles o confecciones pierde de vista esta coyuntura. “Todas las materias primas han subido, tanto el algodón como el poliéster, y si a eso le sumamos que en Colombia tenemos que pagar unos aranceles sobre los hilos que no se producen acá, necesariamente se va a encarecer el producto final en el punto de venta para el consumidor”, analiza Guillermo Criado, gerente comercial de Pat Primo.
El empresario cree que difícilmente se pueden mantener los precios con una escalada de tarifas como la que están viendo textileros y confeccionistas, máxime cuando el precio del dólar, que ha oscilado entre $3.800 y $3.900 en los últimos meses, y los fletes marítimos altos no ayudan. En últimas, todo eso elevaría un 35% el precio de la ropa, adelanta Criado.
Lo que menciona no parece estar alejado de la realidad que pinta para fin de año, incluso, para las unidades más pequeñas. Por ejemplo, la empresaria paisa Sandra Torres Arboleda, gerente de Creaciones Tutty’s Baby, que confecciona y distribuye ropa infantil a los mayoristas de El Hueco, describe algunas situaciones que se están presentando.
“Desde mitad de año los precios del algodón y todas las materias primas se dispararon y esta es la hora en que no se han podido estabilizar. Telas que compraba por $5.500 el kilo ahora están a $8.900, o telas que normalmente cobraban a $13.900, en este momento cuestan $21.500”, describe Torres Arboleda.
Cuenta que todo se volvió una incertidumbre porque en una semana a los empresarios les pueden dar hasta tres precios diferentes para acceder a insumos. Para compensarlo su firma tuvo que subir el valor de la ropa que comercializa, pero llegó un punto en el que fue tanta el alza que hubo que parar y “sacrificar la utilidad” para no perder la fidelidad de los clientes.
La gerente detalla haber percibido un incremento general de 30% en los costos de producción, por lo que pasó de vender a $42.000 la docena de sus productos a los mayoristas, a $45.000, mientras que en otra referencia pasó de $84.000 a $90.000. Aún así “la ganancia ha caído y comerciantes y empresarios estamos preocupados”.
Buscando salidas
Luz Stella Osorio es comerciante tiene tres hijos mayores de edad. Dice que a estas alturas la tradición en su casa es regalar ropa y también comprar el estrén para navidad y año nuevo.
Siente ella que “todo ha subido de precio” y si ahora se va a sumar la ropa de fin de año a esa tendencia, que de por sí se compra una temporada costosa, tendrá que explorar alternativas para los presentes decembrinos. “De pronto no comprar pintas completas, sino solo camisetas para los regalos, o conformarse con el estrén, pero sin regalos”, piensa.
Y así como los consumidores barajan opciones, los gremios también ponen ideas en la mesa, cuanto menos, para mitigar la situación. “Hemos visto cómo, no solo ahora en pandemia con esta escasez, sino en los últimos años, los precios de los insumos para nuestros confeccionistas han venido creciendo de manera exponencial, y por ello le hemos solicitado al Gobierno Nacional que disminuya los aranceles a los hilos, que en algunas subpartidas están en 10%, así como el (arancel) que se paga por las telas”, anota Camilo Rodríguez, presidente de la Cámara Colombiana de la Confección y Afines (CCCyA).
Para el ejecutivo gremial toda la situación descrita viene desde mucho tiempo atrás, debido a una suerte de desindustrialización. “En Colombia hubo cerca de 398.000 hectáreas sembradas de algodón, que generaban alrededor de 1,2 millones de trabajos, y en la actualidad no alcanzamos ni a las 9.000 hectáreas; esto es una clara muestra de cómo se ha venido desindustrializando el sector de las confecciones y cómo el cultivo de algodón prácticamente ha venido desapareciendo en el país”.
Y es que según el Dane la industria local ha ido aumentando su dependencia de los mercados internacionales para abastecerse de esa materia prima. Entre enero y julio las importaciones de algodón alcanzaron US$293,1 millones, lo que significa una variación de 99,7% frente a los US$146,8 millones de idéntico período en 2020. Explica esa entidad que al hacer la comparación en toneladas métricas, el país pasó de comprar 44.431 el año pasado, a 78.147.
Si se toman los indicadores de julio exclusivamente, el aumento de las importaciones fue de 312,3%, en tanto el su valor pasó de US$12,4 millones a US$51,5 millones en el séptimo mes, de 2020 a 2021. En toneladas métricas significó un cambio de 3.748 a 12.718.
Pespectivas navideñas
Javier Díaz, presidente de Analdex, gremio del comercio exterior en Colombia, reiteró que no solo el algodón sino todas las materias primas en el mundo están con precios muy altos basados en una reactivación económica global más fuerte de lo esperado.
“Creo que las noticias no son positivas para fin de año en términos de comercio mundial por todo el tema logístico y por los anuncios que uno escucha sobre China y las dificultades energéticas, que la tienen en una situación de racionamiento”, expresa el líder de Analdex.
Se refiere a la oleada de apagones que ha sufrido en los más recientes días esa potencia asiática debido a una fuerte demanda que no ha podido ser correspondida por la falta de carbón, que es el generador de más de la mitad de la energía eléctrica producida en plantas térmicas en ese país.
Un problema que se empezará a sentir en todo el mundo, recuerda Díaz, porque el efecto en cadena deriva en un retraso comercial que lastra los inventarios de los demás países y, en resumidas cuentas, le pega con más fuerza al sector de textiles y al tecnológico, que en buena medida tienen a China como su motor.
Al final no solo la ropa saldría más costosa en este final de año y desde ya los diferentes sectores económicos y los consumidores deben hacer cuentas sobre cómo hacer su navidad acorde a los vientos que soplan desde afuera.