El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, atizó el fantasma de una una guerra de divisas el jueves, en medio de la escalada del conflicto comercial que mantiene con China, al decir que no es feliz con un dólar fuerte.
Trump mantiene una política de máxima presión contra Pekín, que incluye gravar con aranceles todas las importaciones chinas que entren en Estados Unidos desde el primero de septiembre, y acusa al gobierno del gigante asiático de manipular su moneda para tener ventajas competitivas en el mercado global.
Las palabras de Trump rompen con décadas de política estadounidense al decir que un dólar más bajo impulsaría la competitividad de las empresas del país.
“Cualquiera podría pensar que estoy contento por nuestro dólar fuerte. ¡No lo estoy!”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.
Además agregó que el nivel alto de las tasas de interés de la Reserva Federal (las cuales disminuyeron por primera vez en 10 años a finales de julio), en comparación con otros países, mantiene un dólar alto, “haciéndoselo más difícil a nuestras empresas manufactureras, para competir en igualdad de condiciones”, consideró.
¿China manipuló el Yuan?
La última arremetida del presidente contra la autoridad monetaria de EE.UU. llega en medio de una escalada en su guerra comercial con China, días después de que el secretario del Tesoro acusara a Pekín de manipular su moneda al permitir su depreciación para hacer frente a la nueva salva de aranceles anunciada por Washington.
Los economistas criticaron el movimiento de Trump, y recordaron que Pekín ha intervenido en el mercados de divisas para evitar que el yuan sufriera una caída aún mayor ante la desaceleración económica del país y la incertidumbre de la guerra comercial.
“Etiquetar a China como manipulador es totalmente falaz. No están manipulando”, aseguró C. Fred Bergsten, fundador del Peterson Institute of International Economics.
Aunque que se mostró cauto por un posible conflicto cambiario, los riesgos de una guerra de divisas son reales. Lo que podría desencadenar una guerra sería si la administración estadounidense tratara de vender dólares para debilitar el tipo de cambio, lo que podría llevar a Pekín a defenderse con su propia intervención.
US$0,14
es el equivalente de la moneda estadounidense a la China.