La poca planeación de los usuarios a la hora de darle un uso a las cesantías ha desvirtuado su verdadera función.
Estas fueron creadas para usarse como un auxilio de desempleo en caso de quedar cesante por terminación de contrato, pero como explica el economista Mauricio Colorado, algunas veces los empleados tramitan el retiro de cesantías para atender obligaciones con entidades bancarias o para simple diversión, “esto es todo un error porque las personas, cuando se quedan desempleadas, se quedan sin nada, no ven ni un peso y empiezan a pasar por apuros. Las cesantías hay que tenerlas como un seguro para echar mano en momentos de desempleo”.
Según datos de la Asociación Colombiana de Administradores de Fondos de Pensiones y de Cesantías, Asofondos, en Colombia el año pasado los fondos privados registraron 7,5 millones de afiliados, aumentando en casi 5 % el número que había en 2017. Todas estas personas ahorraron 10,75 billones de pesos, pero pese a este éxito en cifras, el retiro de dinero fue de alrededor de 5,5 billones, un aumento de casi el 10 % en comparación con el año inmediatamente anterior.
Las cifras llaman la atención de los expertos, por lo que el mismo Asofondos decidió aconsejar: “Insistimos en priorizar el uso de las cesantías para que los trabajadores se protejan frente a contingencias como el desempleo que, como hemos visto en cifras recientes del DANE, ha venido afectando, en especial, a los más jóvenes y a las mujeres. De ahí la importancia de conservar este ahorro el mayor tiempo posible para cubrirse en ese tipo de coyunturas”. Y es que, según las últimas cifras entregadas, el desempleo ronda por el 9,7 %, muy cerca ya a los dos dígitos.
Colorado asegura que las cesantías fueron creadas para atender a los empleados en caso de ser despedidos o renunciar a un empleo, “por esto el mejor consejo que uno le puede dar a alguien es que guarde las cesantías, que si necesita pagar matrículas o incluso comprar vivienda, busque buenos créditos en el mercado, pero que guarde el dinero aportado por el empleador, pues esto le permitirá mantenerse a flote mientras consigue un nuevo trabajo”.
Sin embargo, este consejo es desoído, pues las cifras de Asofondos muestran que los colombianos echan más mano de este dinero para comprar o mejorar la vivienda. En 2018, los afiliados a fondos privados retiraron 2,95 billones de pesos para vivienda (10,9 % más que en 2017). En el segundo puesto de prioridad estuvo el desempleo, pues 1,84 billones de pesos se retiraron para alivianar la carga económica después de finalizar un contrato. Finalmente, 540.000 millones de pesos se usaron para pagar educación.