Las facilidades que el país ofrece a los empresarios para hacer negocios todavía muestra altas y bajas, de acuerdo con el reporte del Doing Business 2017, elaborado por el Banco Mundial (BM).
En esa medición Colombia ocupó la posición 53 entre 190 naciones, cayendo dos lugares frente al resultado anterior, pero en el concierto latinoamericano fue segundo tras México, que se ubicó en la casilla 47.
De acuerdo con el informe, Colombia logró una calificación de 70,92 puntos, cuando el año pasado obtuvo 70,45, pero la diferencia fue explicada con el ingreso de Somalia al escalafón, y a un cambio metodológico del estudio.
Al revisar componentes, el diario La República apreció que el ítem que más avanzó fue el de apertura de negocios: pasó del puesto 80 al 61, gracias a la adopción de reformas como reducción de tiempo, de procedimiento y de costos para crear sociedades.
Otro de los puntos positivos que tuvo el país, según el estudio, está relacionado con el acceso a crédito, en el que Colombia ocupó la segunda posición.
Tras conocerse los resultados del reporte, la ministra de Comercio, María Claudia Lacouture, afirmó que “somos un país más competitivo, debido a que trabajamos de la mano entre Gobierno y sector privado”.
En contraste, y a pesar de las mejoras que exhibe el informe, hay sectores que continúan con un comportamiento insuficiente, sobre el cual se deben hacer esfuerzos institucionales.
Es el caso del pago de impuestos, donde el país estuvo por debajo de la media, con una calificación de 58,9 puntos y quedando en el puesto 139, y en el cumplimiento de contratos, apenas se obtuvieron 43,29 puntos y se ubicó en la casilla 179.
Sobre estas debilidades, la presidenta del Consejo Privado de Competitividad, Rosario Córdoba, reconoció a La República que en el pago de impuesto empeoramos. “El año pasado miraban la tasa impositiva y este año comenzaron a mirar la gestión ante la administración tributaria, con lo que caímos en posición”.
Para la experta, en términos generales, “las deficiencias grandes las tenemos en cumplimiento de los contratos, así como en comercio transfronterizo y en los impuestos. Un ejemplo claro: hay que hacer doce pagos de tributos al año, lo que toma 139 horas, y eso afecta la tasa efectiva de tributación”.