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Siembra de maíz y soya requiere unos $12 billones

La idea a 10 años es que en el país se cultiven por lo menos unas 500.000 hectáreas.

  • Santiago Piedrahíta, presidente Grupo Bios anota que según la ONU, se tiene la necesidad de duplicar la producción agroindustrial, al año 2050 para cubrir la demanda mundial”. FOTO Camilo Suárez
    Santiago Piedrahíta, presidente Grupo Bios anota que según la ONU, se tiene la necesidad de duplicar la producción agroindustrial, al año 2050 para cubrir la demanda mundial”. FOTO Camilo Suárez
21 de mayo de 2022
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Desde antes de la pandemia, y de las dificultades de las cadenas logísticas y de los conflictos entre Rusia y Ucrania, el Grupo Bios venía inquieto por los potenciales riesgos de la seguridad alimentaria del país.

Es así como desde hace algún tiempo la compañía antioqueña que produce alimentos balanceados para animales (Contegral, Finca) y proteínas como pollo y huevo (Avícola Triple A) viene respaldando una iniciativa que apuesta por ampliar la frontera agrícola, con la siembra anual de unas 50.000 hectáreas de maíz y soya, en un periodo de 10 o 15 años.

Según su presidente, Santiago Piedrahíta, en el programa “Soya-maíz, proyecto país” están involucrados el ICA, el Ministerio de Agricultura, y actores de la cadena productiva como empresarios del campo, los compradores de estos granos y agremiaciones como Fenalce.

El año pasado Colombia importó 8,1 millones de toneladas de maíz y soya, y la producción local de maíz es de 1,4 millones de toneladas, pero ahí está incluido el maíz blanco para las arepas.

“Cuando se considera solo al maíz amarillo tecnificado, estamos diciendo que Colombia siembra aproximadamente el 15% de las necesidades para producir alimentos balanceados para animales”, comentó Piedrahíta, en diálogo con EL COLOMBIANO.

El horizonte

Desde la perspectiva de demanda por estas materias primas claves para la producción de alimentos balanceados para animales, las cuentas que se hacen son de largo plazo. Según Naciones Unidas en el planeta hay 7.800 millones de personas hoy en día, y según las proyecciones del organismo a 2050, seremos más de 9.700 millones de personas.

“Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para poder alimentar ese crecimiento de la población, más el aumento de proteína que viene por el mayor ingreso per cápita de los países menos favorecidos, el mundo va a necesitar el doble de la producción agroindustrial, al 2050”, explicó el empresario.

La misma FAO ha señalado que el 70% de ese crecimiento tendrá que venir por el aumento de las productividades de lo que hoy se cultiva en el mundo, o sea, todo tiene que aumentar su productividad y si eso no ocurre claramente no se podrá alimentar a la población global.

Adicionalmente, el 30% restante tiene que venir de nueva frontera agrícola, sin eso tampoco habrá capacidad para atender la tasa de crecimiento de la población y de su mayor posibilidad de ingresos que supondría más consumo de proteínas.

En ese contexto, el presidente del Grupo Bios asegura que Colombia es uno de los países que tiene espacio para hacer algo, no para surtir al mundo, pero al menos para resolver sus problemas.

“Si no hacemos nada de aquí al 2050, lo único que es cierto es que los granos que hoy importamos van a estar más apetecidos en el mundo entero, y la probabilidad es que sean cada vez más caros. Es ahí en donde está el riesgo de seguridad alimentaria, que tiene Colombia”, añadió.

La inversión

Como accionista de La Fazenda en los Llanos, Bios ha cultivado cerca de 50.000 hectáreas en maíz y soya, que llegan a niveles de productividad buenos y cuyo costo es igual o mejor al importado.

“Con los incrementos de productividad que también se tienen que ir dando, creemos que en 10 años seguidos Colombia sería capaz de llegar a satisfacer el 42% de sus necesidades de maíz y soya (hoy es del 15%). Y eso va generando un aprendizaje y un desarrollo de tierra que va requerir cerca de $12 billones de inversión”, calculó Piedrahíta.

Un aspecto esencial para el éxito de los objetivos será la decisión contundente del estado en apoyar el programa. “Este debe ser un proyecto no solo de un Gobierno, porque si no tiene continuidad durante 10 o 15 años no se logrará hacer. Tampoco deber ser una decisión del sector privado, porque este puede sembrar y comprar, pero el plante requiere vías en algunas zonas, e infraestructura de secamiento y almacenamiento de granos, y no le podemos pedir a cada cultivador que asuma esas inversiones, porque entonces no sería viable”.

Un balance reciente de “Soya-maíz, proyecto país” mostró que de las 50.000 hectáreas previstas el año pasado se sembraron 45.000, regadas entre los Llanos Orientales y Córdoba (ver En un minuto).

Y ante propuestas políticas que se han ventilado durante la campaña presidencial en el sentido de cerrar las importaciones, la expectativa es poco alentadora, pues con ese tipo de decisiones el país pasaría de producir 9 millones de toneladas de alimento balanceado para animales a 1,4 millones de toneladas.

“Con un agravante enorme y es que cuando se mira la cadena de producción de proteína en Colombia, desde los alimentos balanceados hasta la producción de pollo y huevo, esa cadena genera 1,7 millones de empleos. Sin la producción de esa proteína acá no solamente habrá que importarla, habría una destrucción de empleo enorme”, concluyó.

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