“Aún está por definirse cómo se evaluará el resultado de los Proyectos Piloto Integrales de Investigación (PPII) y la eventual transición hacia una etapa posterior de exploración y producción, de considerarse viable la técnica”, así lo sostiene Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP) cuando se le pregunta qué expectativas tiene sobre los proyectos.
Al principio de esta semana EL COLOMBIANO dio a conocer que restarían al menos dos meses para que el “balón” estuviera en la cancha del sector privado para iniciar la ejecución de los pilotos, teniendo como premisa que ya salió el reglamento técnico del Ministerio de Minas y Energía y que aún faltan los términos de referencia ambientales, contractuales y sociales, con sus respectivas autoridades: Minambiente, Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y Mininterior.
El reglamento expedido por el Minminas “se basa en todos los elementos técnicos del piloto, pero es necesario que se incluyan más sobre evaluaciones de impacto ambiental y social ya que se indican unas directrices generales o no específicas que se deben profundizar y que sería conveniente evaluar para reducir al máximo los efectos en estos dos componentes”, aseguró Clara Inés Pardo, profesora de la Universidad del Rosario.
Por su parte, Lloreda sostuvo que las firmas del sector prevén una inversión de 650 millones de dólares “en los primeros años de los proyectos, el valor de la inversión estaría determinado por las regulaciones definitivas, los requerimientos en cuanto a proyectos y pozos para la evaluación de la técnica, y de la complejidad del cumplimiento de requisitos que estipulen”.
Más allá de eso, Pardo asegura que es muy importante “revisar el fracking como piloto para definir su viabilidad, teniendo en cuenta que las reservas del país son para los próximos 6,3 años”, mientras que según explicó la ANH con el uso de esta técnica sería de 7.500 millones de barriles “lo cual permitiría extender la seguridad energética del país”.