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El programa de 40.000 empleos a jóvenes no es como lo pintan: Fedesarrollo

La iniciativa enfocada en los menores de 28 años no estimula la permanencia, es costosa y podría ser mal utilizada por las empresas, advierte el centro de pensamiento.

Infográfico

El desempleo de los jóvenes en Colombia pasó de 22,9 a 15,8 por ciento en la última década. Sin embargo, la tasa supera en 6,7 por ciento al total nacional, que se ubicó en 9,1 por ciento el año pasado.

Al analizar las políticas de primer empleo en el país, Fedesarrollo destaca la Ley 1429 de 2010 más conocida como la “ley de primer empleo”, al igual que iniciativas como “Jóvenes en acción” y el más reciente “Ser pilo paga”.

Sin embargo, expresó serias inquietudes sobre la efectividad del programa “40.000 primeros empleos”, que está dirigido a la población entre 18 y 28 años sin experiencia laboral (ver recuadro).

“En primer lugar, el gobierno debe asumir más de la mitad de los costos del programa, sin hacer explícita la fuente de financiamiento ni la sostenibilidad del mismo en el mediano plazo. En segundo lugar, al tener el contrato una temporalidad tan corta (seis meses), no hay forma de garantizar la permanencia de los jóvenes en la formalidad una vez finalice su vinculación con las empresas”, dice Fedesarrollo en el editorial de su informe mensual sobre el mercado laboral.

Según los cálculos del centro de pensamiento económico, este programa tendría un costo de 300.000 millones de pesos para el Estado, en subsidios poco focalizados y con potenciales efectos indeseables sobre los incentivos a mejorar los niveles de formación de los jóvenes.

Además, advierte que “debido a que las empresas no deben asumir los costos de contratación de los jóvenes (al menos los primeros tres meses) existe el riesgo de que no se preocupen por capacitar a los mismos y únicamente saquen provecho del subsidio del gobierno”.

Otra de las alertas que enciende Fedesarrollo frente a este programa es que podría generar incentivos inadecuados para los jóvenes, quienes en lugar de seguir estudiando una vez finalicen el bachillerato podrían optar por buscar empleos que seguramente serán de baja calidad (dado el perfil del joven), perpetuando los bajos niveles de productividad del país.

Fedesarrollo propone que estos recursos se destinen para financiar programas de formación y educación, lo cual tendría un mayor impacto no solo a mediano sino a largo plazo.

Nicolás Abrew Quimbaya

Comunicador Social-Periodista, especialista en Economía de la U. Javeriana. Editor de Economía.

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