El anuncio de la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, en el sentido de no firmar nuevos contratos para la exploración y producción de gas natural, y que de llegar al desabastecimiento se comenzaría a importar el combustible desde Venezuela sigue generando mucho revuelo. Incluso, desde la misma orilla política, la funcionaria ha recibido críticas y comentarios.
El último en hacerlo fue el senador y presidente del Congreso de la República, Roy Barreras, quien a través de su cuenta de twitter le pidió a la ministra Vélez cabeza fría al momento de dar declaraciones.
“Invito a la ministra de Minas a leer a Rodrigo Lara. Mi posición clara la expresé en la Andi. La transición energética es una obligación vital, pero las transiciones son transiciones. No se puede reemplazar el gas de un día a otro. Planeación y prudencia”, escribió el congresista en la red social.
Pero no solo Barreras reaccionó a las declaraciones de la funcionaria, también lo hicieron analistas económicos, dirigentes gremiales y líderes de empresas petroleras, como Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol, quien advirtió de la inconveniencia para el país si se planea la importación del combustible.
“Si se terminan los pilotos de fracking el desabastecimiento estaría a la vuelta de la esquina y por eso Colombia debe seguir buscando y produciendo. Y si importamos gas natural se triplicaría el costo del servicio para el usuario final. Esa factura de $30.000 sería de $120.000 o $150.000. Sería un impacto para el colombiano de a pie”, subrayó Bayón.
En el mismo sentido, Luz Stella Murgas, presidenta de la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas), le respondió a la ministra Vélez reiterándole que importar gas de Venezuela no debe ser el plan A. Y le recalcó a la funcionaria que en lugar de pensar en traer el combustible desde el otro lado de la frontera, el país debería primero desarrollar las reservas locales de gas natural para así garantizar los recursos por mucho más tiempo.
“No podemos sacrificar la independencia energética que hoy tenemos para retroceder años. El gas no solo es un combustible más limpio, también tiene que ver mucho con la población porque transforma vidas. En estratos 1 y 2 el servicio de gas esta promedio en $30.000, y si se importa ese servicio el precio se elevaría cinco veces hasta costar $150.000”, dijo Murgas.
También hizo lo propio el expresidente de este gremio, Eduardo Pizano, quien señaló que “defender el medio ambiente no es dejar de lado las rentas que pueden tener los hidrocarburos en este proceso de transición energética que se está presentando. La primera falla que tiene una política en la que se deje de explorar es que hoy el 58% de las exportaciones en Colombia son petróleo, dejar eso de lado de la noche a la mañana no da margen para sustituir esas rentas que son básicas”.
En la cadena de opiniones que criticaron el anuncio de la ministra Vélez, también está José Ignacio López, director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, quien subrayó que “dejar de producir gas en Colombia y comprárselo a Venezuela no mejora en nada las emisiones globales. Solo traslada la producción de un lado de la frontera a otro. A la atmósfera no le importa si se produce acá o allá, pero Colombia sí perdería su autosuficiencia”.