El primer Congreso Empresarial Colombiano (CEC), que realizó la Andi en Cartagena, sirvió para que destacados economistas internacionales expusieran su visión particular del sector empresarial colombiano y sugirieran algunas alternativas que tiene el país para hacerse más competititivo e insertarse con éxito en la dinámica económica mundial.
En la reunión de dos días el empresariado colombiano expresó sus inquietudes sobre el alcance de la próxima reforma tributaria, el proceso de paz con las Farc, la corrupción y el contrabando, mientras el Gobierno aprovechó el escenario para presentar la nueva política de desarrollo productivo .
En este encuentro empresarial participaron Rebeca Grynspan, secretaria General de la Secretaria Iberoamericana y exvicepresidente de Costa Rica; José Luis Noriega, presidente de Comex Perú (gremio que aglutina a empresarios exportadores de ese país); Álvaro González-Alorda, experto en transformación organizacional, y Dani Rodrik, considerado uno de los 100 economistas más influyentes del mundo (ver recuadros).
Un arte por aprender
En el caso de Rodrik, invitado principal, durante su exposición sobre política industria, sentenció que se trata de “un arte que los países aprenden”. Indicó que al revisar la historia de política industrial colombiana, descubrió que el país ha hecho y aplicado cualquier modelo, desde el proteccionismo y subsidios hasta diálogos sectoriales, libre comercio y zonas francas, pero estos esquemas se han quedado obsoletos.
“Eso me hace pensar en que el consejo para ustedes es que sigan haciendo lo que han hecho en el pasado, pero háganlo mejor”, anotó.
Para el experto, el hacer las cosas mejor implica que el Gobierno y el sector privado deben interactuar mancomunadamente para avanzar en el esquema de política industrial más efectivo.
“Esta coordinación estratégica debe entenderse como un constante descubrimiento de qué es lo que debe hacerse frente a las necesidades y no simplemente abordarse como una lista de planes y programas bien intencionados para el país”, declaró.
También recomendó un ejercicio permanente de que el país se compare con otros de similar desarrollo y para ello, dijo, Colombia tiene ejemplos claros en otros países latinoamericanos.
“También debe tenerse en cuenta que la desindustrialización no es un fenómeno exclusivo de Colombia, y es evidente que Latinoamérica no ha podido mantener el nivel de industrialización que los países asiáticos lograron hace algunos años”.
Reconoció que una de las preocupaciones en Colombia es la generación de empleo, y consideró que para satisfacer esa necesidad el país tendrá que ir en contra de la marea de la desindustrialización. “Eso será muy complicado, aunque la clave estará en saber en qué debe enfocarse la industria”.
Otro punto adverso, en palabras de Rodrik, tiene que ver con el lento progreso de las innovaciones y la ausencia de transformaciones estructurales. “Hay quejas, en especial de la pequeña y mediana empresa, para acceder a crédito y el atraso en infraestructura es patente”.
Más productividad
Igualmente, calificó como “llamativa” la coincidencia que hay entre el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el plan de industrialización que presentó la Andi en 2015. “Estos documentos tienen tres áreas fundamentales: hay que incrementar la innovación, mejorar la educación y la infraestructura”.
De ahí que el economista cuestionó, en clave de las políticas industriales, que un país en vías de desarrollo como Colombia debería enfocarse más en fortalecer la productividad más que la innovación: “el enfoque en innovación es maravilloso, pero creo que la idea correcta es enfocarse en productividad. El objetivo de las políticas industriales es incrementar la productividad y lograr que un país pueda emplear a los trabajadores”.
Finalmente, Rodrik cuestionó que en las discusiones actuales de política no se tengan en cuenta lo hecho en el pasado, qué ha funcionado y qué no se debe repetir, en referencia a la falta de continuidad en las políticas sectoriales.