Hace seis años la pareja de esposos Daniela Chica y David Espinosa decidieron crear un negocio que combinara el diseño con las técnicas de carpintería y en el que pudieran mostrar ese lado humano que hay detrás de una empresa.
Así, la idea inicial de estos jóvenes emprendedores de Medellín, que surgió en medio de una crisis económica familiar, era mejorar la experiencia de compra de muebles por internet, algo que ya están logrando y por lo que ya son reconocidos: en el 2019 fueron resaltados en el ranking de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi) y la revista Dinero como una de las empresas colombianas más innovadoras.
Los inicios
El emprendimiento empezó como un negocio digital vendiendo portarretratos por Instagram en 2016. En ese entonces, Daniela y David tenían claro que el futuro era digital y que iba más allá de construir un lugar físico para vender sus productos.
“En la tecnología vimos una oportunidad. Creíamos plenamente que el comercio iba a ser digital, que podíamos mostrar nuestros productos. Y así todavía no los tuviéramos hechos complementamente, podíamos mostrar lo que nosotros éramos capaces de llevar a cabo”, comentó Espinosa.
Sin embargo, a pesar de la certeza que tenían de que la tecnología llegaba para quedarse, aún quedaba la duda de si las personas comprarían, por ejemplo, un comedor por Instagram.
“Recuerdo que le decía a David sobre lo difícil que me parecía que alguien comprara muebles por redes sociales. Porque si yo, por ejemplo, compraba un comedor, quería ir a tocarlo, sentarme en él, etc. Y David me decía que, precisamente, el futuro era ese, comenzar a explorar las compras por esos medios”, comenta Chica.
Otro asunto que tuvieron muy presente al crear su emprendimiento fue lo de construir una marca humana. Chica cuenta que hace seis años eso no era una prioridad de las empresas, por lo que ellos quisieron arriesgarse.
“Las marcas eran muy frías y simplemente mostraban su producto como una obra de arte. Ahora es muy común que las empresas muestren ese lado humano, pero hace seis años no era así. Sobre todo en el gremio del diseño no era tan normal, pero ya se dieron cuenta de que eso no solo hace un acercamiento a la gente sino que comienzan a sentir la marca como propia”, dice Chica.
Luego de un año de trabajar sus productos desde su casa y de alcanzar unos 9.000 seguidores en su página de Instagram, decidieron participar en la Feria de Diseño Home, que recoge al sector el sector mobiliario, decoración y hogar de todo el país.
“En esa feria nos ofrecieron un espacio, pero en ese momento todavía era muy costoso para nosotros y les dijimos que soñábamos con estar ahí pero que realmente nuestra capacidad adquisitiva no nos daba”, cuenta Espinosa.
Fue entonces cuando la dueña de la feria los llamó y les dijo que tenía un espacio para ellos y para estar ahí solo debían instalar un escritorio. Así que comenzaron a conseguir el recurso humano y, finalmente, la exposición fue todo un éxito, comenta la pareja.
Uno de los objetivos de La Carpintería es suplir las necesidades de esas familias que están empezando a construir sus hogares. Y aunque en su mercado en línea tienen muebles para el hogar que son de corte genérico, otra de sus líneas de negocio es el diseño personalizado.
En 2021 han cerrado la venta de 4.000 productos. Espinosa explica que el ticket promedio de las compras en todos los canales es de $1,2 millones, aunque en su página web este monto es de $300.000.
Así, poco a poco el empredimiento fue posicionándose en el mercado. Al día de hoy no cuentan con ningún punto físico, todo lo atienden por redes sociales y su página web, en la que muestran sus productos en un formato de 360 grados.
La pandemia, un impulso
Los cambios de hábito en el uso de espacios y muebles en hogares y oficinas que llegaron con la pandemia de covid-19 representaron una oportunidad para La Carpintería.
“Tuvimos gran acogida durante la pandemia. Supimos apostarle al comercio electrónico y llevamos nuestra pasión por la innovación en el diseño de muebles a las nuevas necesidades de las personas y las demás empresas”, comentó Chica.
Y es que este emprendimiento ha tenido un crecimiento de 72% en lo que va de 2021 con respecto al año pasado. Y a pesar de la pandemia, en 2020 dieron un gran salto con un incremento del 50% en las ventas frente a 2019. En ese año pasaron de tener 50 empleados a tener 90, y dos plantas de producción.
“Como a todas las marcas, el inicio de la pandemia nos llenó de miedo, ya que las personas evitaban comprar e invertir. Cuando todos nos empezamos a adaptar a la nueva normalidad y tuvimos que trabajar desde casa, dimos el salto y tuvimos el crecimiento más grande de nuestra historia, con un aumento de más del 100% de las ventas. La demanda de escritorios y elementos de estudio aumentó muchísimo y empezamos a vender como nunca antes. La madurez digital que teníamos en ese momento nos permitió crecer y acelerar los procesos, y por eso pudimos responder a las necesidades y demandas del mercado”, anota Espinosa.