El presidente de Fabricato, Carlos Alberto de Jesús, confirmó que esa textilera está promoviendo una demanda contra China por el ingreso de telas de ese país a Colombia a precios por debajo de los del mercado, en lo que se presume como una práctica desleal llamada dumping.
En la apertura de la feria Colombiatex 2017, ayer en Plaza Mayor, el empresario explicó que se tiene contratado un equipo de asesores y abogados para presentar los argumentos de la demanda ante el Ministerio de Comercio, para que este, a su vez, traslade el proceso ante la Organización Mundial de Comercio (OMC).
De Jesús añadió que en esta iniciativa, Fabricato está secundada por Coltejer, por tratarse de las dos grandes compañías que en el país producen la tela denominada índigo, producto en el que se observan indicios de dumping, lo que genera amenazas y daños importantes para el sector (ver Dicen de...).
Este diario intentó obtener una respuesta sobre este tema de Coltejer, pero al cierre de esta edición no hubo un pronunciamiento. No obstante, Lina Posada, secretaria Jurídica de esa textilera, reconoció que uno de los grandes problemas de la industria en 2016 fue el contrabando.
“Eso nos tuvo muy afectados el año pasado y es una gran inquietud. Estamos esperando que siga una lucha efectiva contra ese fenómeno y, en especial, frente al contrabando técnico: hay telas que están ingresando al país con un precio inferior a lo que a nosotros nos cuesta el algodón para producirla”, comentó.
A su turno, Juliana Calad, directora de la Cámara de Textiles y Confecciones de la Andi, reveló que el Gobierno tiene la intención de incluir a los sectores de hilados y textiles en las medidas contra la subfacturación.
“Con las normas expedidas para proteger a los confeccionistas, y al ser tan exitosas, se pasó el contrabando para segmentos de hilados y telas. Así que serían muy positivas esas medidas aduaneras, pues dejaríamos de recibir unos 200 millones de metros de tela subfacturados”, explicó.
Un ejemplo que muestra la dimensión de este problema surge cuando un empresario colombiano debe comprar el “algodón peinado”, para comenzar la elaboración de los hilos, a 2,5 dólares el kilo. Entre tanto, están llegando telas de algodón, subfacturadas, a 1,5 dólares el kilo, es decir, entra un producto terminado con un valor inferior al de la fibra que requiere la industria nacional para producirlo.
Finalmente, señaló que los grandes focos de esta problemática están localizados en China, India y Pakistán, cuyos productos llegan directamente o por Panamá.