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Las voces de los pequeños accionistas de Fabricato se alzaron ayer, durante la asamblea anual, para que la administración de la textilera les diera certeza sobre una posibilidad, cercana, de volver a recibir su rendimiento.
Ninguno de los consultados por este diario en la reunión, la mayoría por encima de los 60 años de edad, recuerda con exactitud cuándo fue la última vez que recibieron un pago por ese concepto.
Vale la pena anotar que desde noviembre del año 2000 la textilera está sometida a un proceso de reestructuración de pasivos, bajo las disposiciones de la Ley 550 de 1999, por lo que no está autorizada a entregar dividendos, así sus resultados financieros sean positivos.
Esa figura estará vigente hasta el año 2023, así que quienes esperan obtener algún beneficio de esa inversión accionaria necesitarán paciencia y esperar que la operación de la compañía arroje balances positivos (ver gráfico).
La pesadumbre de algunos radica en el hecho de que en 1982, en un momento de cuasi quiebra, se lanzó una agresiva campaña para salvar la empresa mediante la compra de acciones a siete pesos cada una, llamado que fue acatado por centenares de familias paisas.
En el auditorio de la sede de Comfama en el municipio de Bello, uno de los participantes recordó que hace 37 años con siete pesos era posible comprar un tomate, mientras que la acción se negoció ayer a 7,50 pesos. “Es decir, se valorizó más el tomate que la acción de esta compañía”.
Carlos Alberto de Jesús, presidente de Fabricato, explicó que al cierre de 2018, las pérdidas totalizaron 31.755 millones. “Al compararla con los resultados del 2017, cuando el saldo negativo fue de 6.446 millones, se debe considerar el impacto positivo del negocio inmobiliario en ese año por 64.328 millones”.
En ese contexto, el resultado del negocio textil de Fabricato para 2017 fue una pérdida 70.774 millones de pesos y para el año anterior de 35.045 millones, lo que se representó una recuperación del 50 %.
El empresario añadió que el sector textil percibió un impacto negativo por la incertidumbre generada por las elecciones presidenciales y el Mundial de Fútbol, que contrajeron las ventas.
“En general, la percepción al cierre del periodo es que 2018 fue mejor que 2017, aunque no se cumplieron las expectativas de crecimiento y mejoras que se tenían para el año”, reconoció.
Ante el reclamo de los accionistas, el presidente de la compañía se declaró optimista frente al desempeño futuro de las operaciones.
“Iniciamos bien este 2019, vemos una perspectiva positiva y me atrevo a decir que si en 2017 vimos el punto más negativo en la historia reciente de la empresa, el año pasado fue mejor y 2019 tiene mejor pinta”, comentó De Jesús.
Y es que esa mejor pinta está atada a la evolución que está adquiriendo el negocio inmobiliario, en el que Fabricato ha buscado aliados estratégicos que le permitan ejecutar desarrollos urbanísticos en lotes en los que anteriormente operaban algunas de sus filiales (ver ¿Qué sigue?).
En julio se entregarán los primeros apartamentos de Ciudad Fabricato, un complejo comercial y residencial que Londoño Gómez y Arquitectura & Concreto construyen en el terreno que ocupó Pantex, en el norte del Valle de Aburrá.
En Ibagué la empresa Tríada, otro socio estratégico, construirá viviendas en un lote de 45.000 metros cuadrados (donde funcionó Fibratolima), proyecto que obtuvo a finales de 2018 todos los permisos y acceso a servicios necesarios para su ejecución .
Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.