El programa Compras Innovadoras promovido por Ruta N, avanza en su tercera fase con la ejecución de dos proyectos piloto: uno con Conconcreto y otro con el Metro de Medellín.
La tarea, desarrollar capacidades en sus cadenas de valor para replicarlas en otras empresas, tanto privadas como públicas. En el caso de Conconcreto, se tiene el reto de una solución tecnológica que reduzca el espesor de concretos lanzados, así como el de optimizar servicios de transporte, alimentación y alojamiento de personal en Hidroituango, explicó Ana María Mesa, gerente de Innovación de Conconcreto.
Por el lado del Metro de Medellín, se recibirán ideas innovadoras que resuelvan aspectos de planificación, control y registro para transporte de funcionarios, además del monitoreo en la apertura de puertas de los automotores.
Aparte de estos desafíos hay otros 50 retos que están a la espera de ser lanzados, una vez se surta esta fase que ofrece detalles en www.rutanmedellin.org.
Asimismo, las empresas que resuelvan estos problemas, ingresarán a la plataforma Sunn, que los conectará como proveedores internacionales. Es otra manera de hacer innovación abierta, con estímulos desde la demanda.
“Eso generaría importantes ahorros, ampliaría la frontera competitiva de las compañías y terminaría siendo una oportunidad de nuevos ingresos”, dijo a EL COLOMBIANO Elkin Echeverri, director de Planeación de Ruta N.
Este modelo replica lo hecho en Estados Unidos, donde un 4 % de compras públicas regulares son innovadoras, mientras que en Corea del Sur ya son el 5 %. En Medellín, se pretende que a 2021 las entidades públicas lleguen a una cifra similar o superior.
Con todo, este piloto de Ruta N servirá para que tanto emprendedores (oferta) como empresarios (demanda) pierdan el temor a adquirir soluciones innovadoras. Además de validar su efectividad, para las compañías son una oportunidad de inversión, al tener parte en la propiedad intelectual del desarrollo y poder comercializar posteriormente