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Esta columna invita a ver un video y anima a compartirlo en familia. Se busca digitando: Dos preguntas para tomar buenas decisiones, de José Carlos Ruiz. Sabrá que llegó al indicado porque toma menos de 6 minutos verlo. José Carlos, filósofo y profesor, parado en el estoicismo, motiva a responderse dos preguntas básicas para vivir mejor. También a cultivar el pensamiento crítico.
Primera pregunta: ¿Qué cosas dependen de mí? Lista respuestas así: (i) Las opiniones. Son las propias y de nadie más. Implica hacerse responsable de ellas, decidir cuándo se emiten y a quién dirigirlas; (ii) Las aspiraciones. Algo que solo puede definir cada persona. Si se adoptan de afuera se corre el riesgo de insatisfacción al intentar cumplir un sueño que no es propio; finalmente (iii) Las limitaciones. También definidas por cada quién. No por el contexto social, familiar o laboral. Cada individuo decidirá hasta dónde llega según sus capacidades. Este ejercicio ayuda a medir la ambición y la soberbia. A enfrentarse a sí mismo.
La segunda pregunta es: ¿qué cosas no dependen de mí? Responde: (i) Las opiniones de los demás. Algo que no tiene por qué afectar la realidad de las cosas. Este ejercicio enseña a darle a cada opinión el peso que merece –“a palabras necias, oídos sordos” –. En las redes sociales afecta tanto de forma positiva –muchos “me gusta” inflan la expectativa del ser–; como negativa –menos “me gusta” generan ansiedad o tristeza–; (ii) Los afectos de los demás. Y acá es necesario reconocer que es imposible gustarle a todos. Sir W. Churchill dejaba claro que no gustar a todos implica defender ideas propias con convicción; cierra la lista con (iii) Los logros de los demás. Sugiere compartir la alegría de los logros de otros, pero también evitar obsesionarse con ellos. Recomienda empeñarse en cumplir los propios sin compararse. Esos logros que surgen de satisfacer necesidades individuales y que motivan a hacer cosas por cuenta propia. Con eso claro, se cultiva el pensamiento crítico. Una capacidad entrada en desuso por la inmediatez de lo que se cree que es información, pero que en realidad es rumor (Twitter).
Carl Sagan en El mundo y sus demonios, advierte del riesgo que se corre al juzgar con información incompleta o insuficiente. Caer en la pseudociencia, la capacidad de juzgar sin argumentos. Como explica José Carlos en su video, en el siglo XXI debería ser obligatorio en aulas escolares y escuelas de periodismo el pensamiento crítico para leer y escribir noticias y titulares. El vuelco emocional que tienen los medios de comunicación es tan potente, que anula la capacidad primaria de razonamiento de cada individuo. Un titular sensacionalista invoca emociones de felicidad o indignación anulando toda razón. El emperador romano Tito hizo uso de esa herramienta en el año 80 d. C., decidió inaugurar unas olimpiadas en el Coliseo para que su reinado no claudicara. Durante 100 días ofreció espectáculos gratuitos y repartió pan para congraciarse con el pueblo. Permaneció en el poder gracias al pan y el circo.
La recomendación es mantener el pensamiento crítico para identificar que si no se utiliza esa capacidad de análisis de la realidad al final se impone el circo. Se entra en una dinámica de entretenimiento que hace que se omita lo que realmente está de fondo. Como dice el profesor y filósofo, “si se olvida el contexto, se descontextualiza, se obvia la verdad y la realidad”. Dos cosas muy diferentes. Si usted es de los que cree que la filosofía no sirve de mucho, piénselo dos veces.
Después de esta columna y el video que acá se sugiere, pregúntese: ¿aprendió algo?, ¿le fue de utilidad?, ¿lo motivó a una conversación familiar?.
