Asumir la crianza de un hijo no es fácil. Mientras estamos tratando de formar y moldear a la persona que esperamos que sea en el futuro nos vemos atrapados en la rutina de las tareas, las actividades extracurriculares, la vuelta cotidiana que hace una batalla de lavarse los dientes, ponerse los zapatos, peinarse y salir a tiempo al colegio. A veces parece que ser padres es un reto en el que cabe todo menos la imaginación y uno está como Sísifo, empujando una gran roca por la pendiente de una montaña que al llegar al tope caerá, para tener que comenzar de nuevo.
Entre tantas cosas a veces se nos olvida aquello que es importante, qué queremos realmente de nuestros hijos y por qué hacemos lo que hacemos. Por qué nos esforzamos en su educación,...