x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Las barrabasadas

Encuentra la firma calificadora que la inestabilidad política y la llegada de un mandato de extrema izquierda despierta incertidumbres y nos descalifica como centro de atracción financiera.

04 de junio de 2025
bookmark
  • Las barrabasadas

Por Alberto Velásquez Martínez - opinion@elcolombiano.com.co

El fracasado paro nacional –que ya hace parte del inventario de descalabros petristas– solo sirvió para que los vándalos hicieran de nuevo alarde de su fuerza bestial, enfrentándose a palazos y lanzando cocteles molotov a la policía y contra inermes trabajadores que querían laborar. Menos mal, como decía un guasón para ponerle humor negro a la comedia nacional, que en su destrucción de bienes públicos “no arrasaron con el tren elevado entre Barranquilla y Buenaventura, ni el canal interoceánico entre China y Colombia, como tampoco las plantas de energía geotérmicas alimentadas por los volcanes de Cauca y Nariño”, obras de ciencia ficción que siguen solo en el imaginario de los delirios del señor presidente Petro.

El fracaso de esa huelga general era de esperar. Las incongruencias que asfixiaban la convocatoria tenían que conducir al infortunio. Son tantas que hacen parte de la antología colombiana de barrabasadas. Sus convocantes debieron sentir vergüenza al ver la plaza de Bolívar de Bogotá vacía, con los emboladores bostezando de aburrimiento, los vendedores ambulantes que veían una ocasión para incrementar sus ventas perdiendo plata y las beatas que entrando sin dificultad alguna a la catedral a orar por tantos pecadores contra la paz nacional. Algún peatón, como alma en pena salido de alguna cueva etílica de la bohemia bogotana, repetía con el poeta: ¡Qué soledad tan sola!

Mientras este lánguido episodio del paro oficial se suma al listado de fracasos oficiales, las frustraciones y escándalos nacionales en el alto gobierno continúan. Cuando el presidente al fin apareció en su Twitter, se conoció que el arma con la que supuestamente lo iban a atacar –fruto del delirio de persecución– era un simple cohete inservible echado a la basura; que la deuda creció en cerca de 180 billones de pesos en el último año, récord histórico, lo que significa un aumento del 20% sobre la de hace un año; que el país cae en el ranking de la OCDE como nación receptora de la inversión extranjera, así como 29 puestos en el de libertad económica, para ubicarse en la posición 89 de la tabla, en tanto Chile –con un gobierno serio de izquierda– obtiene la casilla 18 y el vecino Perú la número 29. Esa cola en la que se desenvolvía el país, era para el mandatario de los colombianos, como la del camaleón cambiando de vergüenzas.

Mas no solo ese regalo envenenado le dan los organismos internacionales a Colombia, sino que la firma TMF Group apunta que el país es el quinto del mundo con más complejidades y dificultades para cerrar negocios. Un mensaje cargado de acíbar para los inversionistas foráneos y aquellos que aspiran invertir pero no en una nación regida no solo por la tramitomanía, nutriente esencial de la corrupción, sino por una izquierda desorientada. Encuentra la firma calificadora que la inestabilidad política y la llegada de un mandato de extrema izquierda despierta incertidumbres y nos descalifica como centro de atracción financiera, hecho que se podría alargar a partir de 2026 si la torpeza de la clase dirigente colombiana auspicia la reelección del actual sistema de gobierno.

Sigue leyendo

Te puede Interesar

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD