Querido Gabriel,
Lo primero que hago cuando me impacta algo que leo es subrayarlo. Después busco compartir mi descubrimiento con alguien a quien aprecie mucho. Esta vez te escribo al terminar unos libros que marqué y anoté con tanto placer que ameritan una tertulia, o varias. En vacaciones llegaron a mi mochila dos miembros de la familia de las odas bibliófilas. Ambos son parte de un linaje de libros que tratan sobre libros, escritos por amantes de los libros. ¡Solo un enamorado puede escribir una carta de cientos de páginas! Se trata de Fahrenheit 451, el clásico de Bradbury, una distopía donde los libros son perseguidos y quemados, y de El infinito en un junco, de Irene Vallejo, un texto magnífico sobre la historia del libro, sus artesanos,...