Colombia ha tenido algunos presidentes livianos, unos cuantos torpes, otros muy cándidos y a Andrés Pastrana. Fue un delfín con buen salto, por lo light. Su período en el Palacio de Nariño, más que anodino, resultó estéril. Y su negociación con las Farc, un fiasco. Se tomó la foto con Manuel Marulanda Vélez, “Tirofijo”, el viejo jefe de esa guerrilla, antes de tiempo. Se igualó con él en la selva fundido en un abrazo, para impresionar a los votantes, y luego el zorro de mil batallas lo dejó con la silla vacía en la instalación del proceso.
Ahora Nohra, los niños y él le dicen NO al plebiscito. Más que una incoherencia absoluta, que lo es, se trata de una más de las veleidades de un político que rebaja los asuntos de Estado a la sociedad del espectáculo...