El predicador tiene fama de llenar el recinto con gentes de muchos barrios aledaños. ¡Por fin un buen orador en las rotatorias liturgias de domingo! Dice que lo importante no es bajar el número de acciones malas sino aumentar las buenas. Al otro lado de una escueta tabla erguida, un confesor canoso escucha las acciones malas de las gentes buenas. Los asistentes cercanos pujan por oír estos secretos....