En Colombia se mata por robar, por defenderse del robo, por una ofensa, por mostrar poder.
Busquen las noticias de los últimos años y verán que aquí se mata porque sí y porque no. Por una mirada, por una palabra, por un prejuicio, por una broma, por un reloj, por una caja de chicles. Porque tu perro se defecó en mi jardín, porque mi gato dañó tu cornisa, porque las hojas de tu almendro ensuciaron mi patio, porque el volumen de mi música perturbó tu sueño.
Se mata por una discusión política, se mata por cualquier desacuerdo tonto. Como decían los sicarios de los años 90, se mata por ver caer al finado.
Un muchacho apuñaló a un señor porque no le ofreció cerillos para encender su cigarro, un adulto mató a su hermana de nueve años solo porque ella...