Es fácil interpretar la actitud belicista y torpe del gobierno venezolano, pero difícil comprender la forma dubitativa como nuestro gobierno está reaccionando. Pareciera que le estamos haciendo el juego al país vecino y a otros intereses ajenos a los nuestros, y con ello, poniendo en riesgo aspectos vitales de la más alta importancia nacional. El Congreso de la Republica debería pedir al Ejecutivo explicaciones al respecto y la opinión pública estar vigilante.
Las Fuerzas Militares de cualquier país son el instrumento más valioso y decisivo de alta política y, por tanto, su empleo debe ser sabio y prudente, solo cuando han fracasado la política, la diplomacia y los intereses nacionales así lo exigen. Ellas saben que su deber profesional les obliga...