No es lo mismo estar desnudo que estar en pelota. O, mejor, quedar en pelota, que es lo que pasa cuando a uno lo desnudan. Y que fue lo que ocurrió con las sendas entrevistas hechas en este periódico a los recién elegidos alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia, que se publicaron en la edición del martes pasado.
En realidad, no dijeron nada nuevo los nuevos gobernantes. Las mismas vaguedades, el esbozo de las mismas promesas teóricas y los mismos buenos o malos propósitos de las respectivas campañas. Quedaron al desnudo tanto la innegable buena voluntad y no oculta ingenuidad del uno, primerizo al fin y al cabo a la hora de gobernar, como la tampoco ocultada malicia y los recovecos interiores del otro, machucho y experimentado en estos...