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En honor a mi padre, mi maestro zen, hoy quiero hacer una invitación a tomar el basquetbol como un mecanismo para ver en ese deporte herramientas de liderazgo.
Por Caty Rengifo Botero - JuntasSomosMasMed@gmail.com
A diferencia de la gran mayoría de los colombianos, en mi casa el deporte que nos une como familia no es el fútbol, es el basquetbol. Mi papá, un exbasquetbolista – selección Valle del Cauca- se encargó de crear en sus hijos una necesidad casi patológica de ver los playoffs de la NBA. En honor a mi padre, mi maestro zen, hoy quiero hacer una invitación a tomar el basquetbol como un mecanismo para ver en ese deporte herramientas de liderazgo.
Conferencia Este
Los Indiana Pacers han sorprendido al tomar una ventaja de 3-1 sobre los New York Knicks. Ganaron el primer partido 138-135 y repitieron la victoria en el segundo con un marcador de 114-109, ambos en el Madison Square Garden. Sin embargo, tras un sorprendente tercer juego los Knicks llevan la serie a 3-1. La ofensiva de Indiana ha sido explosiva, destacándose por su ritmo rápido y efectividad en el perímetro. Tyrese Haliburton de los Pacers y Karl-Anthony Towns han dejado claro que los juegos solo terminan con el pito final.
Conferencia Oeste
El Oklahoma City Thunder también lidera su serie 3-1 frente a los Minnesota Timberwolves. Oklahoma ha dominado con una defensa intensa y transiciones rápidas, mientras que Minnesota ha mostrado inconsistencias ofensivas y problemas para contener a las estrellas jóvenes de los Thunders en especial Shai Gilgeous-Alexander quien entiende su rol de líder y fomenta en todo caso la comunicación y el trabajo en equipo.
De estos primeros juegos me quedaron valiosos aprendizajes sobre el liderazgo:
Adaptabilidad táctica, revisar la estrategia en tiempo real para poder ajustarnos, para ello los equipos deben estar abiertos al cambio, se debe promover una cultura de aprendizaje continuo y evaluar constantemente lo que funciona y lo que no.
Liderazgo distribuido: El éxito viene del esfuerzo colectivo, fomentar la colaboración y el protagonismo compartido fortalece al equipo dejando los egos de lado y enfocándonos en eso que nos une.
Persistencia bajo presión, incluso en situaciones adversas, mantener la calma y confiar en el proceso da frutos.
Fomentar la cultura de co-creación, celebrando los triunfos grupales y asegurándose que todos tengan tiempo con la pelota.
Gestionar los sentimientos, el liderazgo emocional implica saber canalizar la frustración y mantener la concentración, especialmente en escenarios de alta presión.
No darse por vencido, persistir, resistir e insistir, los partidos se acaban sólo cuando el pito final se escucha y bajar las manos antes no es una opción.
En un mundo que nos reta constantemente, en un país donde la gestión de sentimientos es necesaria y en un momento en que solo si trabajamos en equipo y entendemos que el objetivo social está por encima de los egos y de la necesidad de poder y visibilidad, se hace imperativo llevar los aprendizajes de la cancha de básquetbol a la cancha de nuestras vidas. Hacerlo nos da herramientas sobre el tipo de acciones y reacciones que debemos tener para que juntos cambiemos el rumbo de un mundo que cada vez grita más fuerte que necesita trabajo en equipo.