Para quienes todavía defienden a la tiranía bolivariana, algo que era de esperar ya que el propio Bolívar fue un dictador, solo hace falta echar un vistazo a las cifras de venezolanos que han huido recientemente del país caribeño. La bofetada es total: la Organización de Estados Americanos (OEA) ha registrado al menos 4,6 millones. La cifra de migrantes venezolanos pasó de 695.000 a finales de 2015 hasta alcanzar esos 4,6 millones, coincidiendo con el absurdo reinado de Nicolás Maduro, quien ni siquiera puede ser comparado con el tarado de Nerón, artífice de una profunda reforma de Roma. Desde comienzos de 2019, la cifra ha aumentado en más de un millón. Y esos son los datos oficiales.
El pasado domingo, el coordinador de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, David Smolansky, datalló los dramáticos guarismos. Los datos recogidos por la OEA señalan que Colombia es el país con más venezolanos en su territorio, con 1,6 millones. Le siguen Perú, con 900.000, Estados Unidos, con 422.000, y Chile con 400.000. Ecuador, por su parte, ha acogido a 350.000 venezolanos, mientras que Brasil alberga a 170.000, y Argentina, a 150.000. Panamá, uno de los países predilectos por los venezolanos para migrar a comienzos de la crisis y el primero en imponer visado para limitar el ingreso del éxodo venezolano, acogió a 100.000.
Entretanto, México se mantiene como uno de los países de la región que hospeda a la comunidad más pequeña de venezolanos, con un total de 70.000 en su territorio. Sin embargo, no es el que menos venezolanos ha recibido. República Dominicana alberga a 40.000; Guyana, a 36.000; Costa Rica, a 30.000; Curazao, a 26.000; Canadá, a 22.000; Aruba, a 16.000 y Uruguay y Bolivia, a 10.000 cada uno.
De todos estos países, ocho han instaurado la exigencia de visado para los venezolanos: Ecuador, Perú, Chile, Trinidad y Tobago, Guatemala, El Salvador, Honduras y Panamá. En los próximos meses se sumarán a esta medida Aruba, Curazao y Bonaire.
Smolansky subrayó que el país que no pertenece a la OEA y que ha recibido a más migrantes venezolanos en Europa es España, donde se calcula que hay al menos 300.000 venezolanos. La mayoría de ellos son jóvenes bien formados y una inmensa mayoría mujeres. No me pregunten por qué. El caso es que mientras a España, como consecuencia de las fuertes exigencias migratorias, llegan mayoritariamente profesionales venezolanos bien formados –respaldados con sus propios ingresos, con el aval de familiares o amigos residentes y, generalmente, con doble nacionalidad venezolana y europea–, a Colombia, por la permeabilidad de su frontera, llegan todo tipo de refugiados. Algunos, aprovechando la situación, ingresan en Colombia con otras intenciones al margen de las estrictamente laborales. Y, sin embargo, a pesar de estas circunstancias, los colombianos han acogido con los brazos abiertos a sus vecinos. Habrá excepciones, pero no se pueden hacer de estas la norma.
Como prueba está el estudio de la Federación Colombiana de Gestión Humana (Acrip), que demuestra que, frente a la crisis migratoria venezolana, los empresarios colombianos son solidarios con los inmigrantes recién llegados. De hecho, de las 1.232 empresas y multinacionales encuestadas, nada menos que el 44% ha contratado a trabajadores venezolanos en los últimos meses. El estudio refleja que el 52% de los venezolanos empleados legalmente tiene contratos a término fijo. Además, el promedio salarial de los venezolanos en el país equivale al de los colombianos.
Colombia ha demostrado con creces su solidaridad con un pueblo hermano al que le unen fuertes lazos, en muchos casos familiares. Hasta ahora, no han trascendido tensiones graves pese al ingente desembarco de venezolanos. Pero casi dos millones de inmigrantes en tan poco tiempo es excesivo. La comunidad internacional, con la OEA y la ONU al frente, no puede mirar hacia otro lado mientras los chavistas expulsan a más de la mitad de Venezuela del país, se roban los recursos de todos los venezolanos y saturan a la vecina Colombia, enemiga del régimen dictatorial. Urge una intervención o que se disuelvan ya estos organismos inservibles. Por pura humanidad.