Pico y Placa Medellín
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Esta semana, Medellín Cómo Vamos publicó su más reciente “Informe de Calidad de Vida y Percepción Ciudadana”, dándole continuidad a un trabajo juicioso que ha permitido contar con cerca de dos décadas de información para medir objetivamente la calidad de vida en la ciudad.
Y el resultado de este año arroja datos sumamente interesantes.
Por un lado, luego del efecto negativo desatado por la pandemia —y el virus de Daniel Quintero—, el 63% de los ciudadanos piensa que Medellín va por buen camino, la cifra más alta desde 2020. ¿Cesó el pesimismo que durante los últimos cuatro años había hecho que más medellinenses pensaran que las cosas iban mal que bien por primera vez en dos décadas?
Por otro lado, sin duda el resultado más alentador: el porcentaje de familias que indican no tener tres comidas al día cayó del 28% en 2024 al 19% en 2025. Una cifra que sigue siendo injustificablemente alta para una ciudad con la capacidad de gasto de Medellín, pero que sin duda es positiva, pues revierte la tendencia creciente de este indicador desde 2019. Un reconocimiento merecido a esta Alcaldía, que desde el primer momento reconoció la problemática y ejecutó programas como Medellín Cero Hambre.
Un hilo conductor del informe, que probablemente incide en los dos datos destacados anteriormente, es que las cifras refuerzan lo que ya se percibe de forma cualitativa: el turismo y el entretenimiento están transformando a Medellín, impulsando en los últimos años un dinamismo económico que ya se hace sentir en múltiples frentes.
Con 970.000 visitantes extranjeros que ingresaron por el aeropuerto José María Córdova en 2024, y una tendencia que proyecta cerrar 2025 con un número holgadamente por encima del millón de turistas internacionales, triplicando así la cifra de 2019, es inevitable que el efecto se note entre los medellinenses: el 62% de los habitantes percibe que la actividad turística les genera mayores ingresos.
Asimismo, el auge de Medellín como capital de la música y el entretenimiento también está transformando los hábitos culturales. El 77% de los ciudadanos manifestó haber asistido a alguna actividad cultural durante 2025, el nivel más alto registrado desde que se realiza la encuesta.
Estas tendencias también parecen reflejarse en las cifras económicas. El área metropolitana de Medellín alcanzó una tasa de desempleo de 6,4%, acercándose al pleno empleo y una cifra significativamente inferior al promedio nacional. En 2025 aumentó en un 6% la proporción de personas que reciben al menos un salario mínimo, y los datos muestran que ya más de la mitad de los habitantes de Medellín se ubica en la clase media.
La contracara del auge es que el 45% de los encuestados perciben que el turismo está incidiendo en el incremento del precio de la vivienda, y el 35% en el alza del precio bienes y servicios. A esta tendencia no ayuda el hecho, señalado con claridad en el informe, de que Medellín arrastra un déficit estructural de vivienda.
Podría interpretarse como una consecuencia natural de las “ciudades exitosas” que atraen cada vez más personas. Es una realidad, guardadas las proporciones, que también viven urbes como Ciudad de México, Londres o Nueva York. No por casualidad, en esta última, Mamdami irrumpió recientemente en la política nacional al ganar la alcaldía con una campaña basada, sobre todo, en la promesa de combatir el costo de vida con propuestas populistas como el congelamiento de arriendos.
Que no vaya a ser que, entre tantas cifras alentadoras, nos durmamos en los laureles ante la problemática del costo de vida y terminemos repitiendo la historia aquí también...
