Va de capa caída la economía colombiana. Si bien la situación no es desesperante –porque hay otras en estado comatoso en el vecindario— la nuestra se complica.
El crecimiento del PIB será modesto. Según el Fondo Monetario Internacional, llegará al 2.5 %. El Gobierno Nacional, hasta hace pocos días, insistía en que se situaría por los lados del 3.8 %. Los cañazos se agotan. Aparece la dura realidad.
El déficit fiscal es alto. Se calcula que al final del año podría superar el 4 % del PIB. Las motiladas en el excesivo gasto público no han tenido el efecto que se quería para aligerar su peso. Las promesas y propuestas de gastar y gastar siguen sin interrupción. Un ejemplo de derroche, el del manirroto fiscal que reparte a su arbitrio contratos millonarios...